Gobierno y comunidades impulsan proyectos sostenibles para proteger la biodiversidad y riquezas amazónicas.
El gobierno y comunidades nativas se unen para proteger la Amazonía, enfrentando economías ilícitas y actividades destructivas que amenazan su biodiversidad única.
Con una extensión de aproximadamente 7.8 millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía se extiende por nueve países, albergando una riqueza incomparable en flora y fauna.
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Sin embargo, grandes redes de traficantes y organizaciones criminales explotan ilegalmente los recursos, talando árboles protegidos y promoviendo plantaciones ilícitas sin control alguno.
En Perú, grupos vinculados al crimen organizado cortan árboles protegidos por normas internacionales y acuerdos de libre comercio, afectando gravemente el equilibrio ecológico regional.
Las economías ilegales amenazan la Amazonía de diversas maneras, destacándose la tala ilegal asociada al narcotráfico, que representa un 22.44% de las infracciones registradas recientemente.
Otras amenazas incluyen la minería ilegal, el narcotráfico, la expansión ilícita de ganadería y el tráfico de tierras, sumando riesgos ambientales críticos.
Las comunidades nativas, guardianas de la selva, actúan como barrera vital contra la depredación, denunciando el deterioro del ecosistema amazónico constantemente.
Los criminales ven a estos defensores ambientales como obstáculos, intentando eliminarlos para imponer economías ilícitas y desestabilizar la protección de la región.
Reportes oficiales indican que entre 2010 y 2013 fueron asesinados 29 líderes indígenas y ambientalistas, mientras riesgos afectaron a 656 personas entre 2019 y 2024.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adriánzen, reafirmó el compromiso gubernamental para colaborar con la sociedad civil contra actividades ilegales que dañan nuestro patrimonio natural.
Se entregaron 14 aportes a comunidades nativas y 12 a productores en Loreto, Madre de Dios y San Martín para financiar proyectos de conservación ambiental responsable.
El gobierno proporcionó indumentaria, equipamiento y teléfonos inteligentes a 80 vigilantes comunales, fortaleciendo la seguridad y monitoreo en zonas protegidas de la Amazonía.
Simultáneamente, se ha potenciado la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica para coordinar esfuerzos transnacionales en la preservación del medioambiente y combatir amenazas comunes.
Es imprescindible desarrollar proyectos planificados y responsables que aprovechen las riquezas amazónicas, beneficiando principalmente a las comunidades nativas y garantizando el equilibrio ecológico regional.