Por: Fernando Calle Hayen
Continuando con el análisis y recuerdos con relación al APRA, ya finalizado el primer gobierno del presidente García, quiero recordar lo que señalaba en mi artículo -viernes 01-12-17 en números romanos LXXXIV- respecto a la impresión del amparo, el cual es una acción de garantía constitucional bastante utilizada en los últimos tiempos. El Tribunal Constitucional sacó una resolución vinculante para frenar, por ejemplo, que se abuse del amparo en distintos sitios cuando hay una jurisdicción en Lima o provincias y; sin embargo, si era el caso en Tumbes se presentaban en Comas, presentaban en San Martín de Porres o viceversa; y eso en realidad no era conveniente para el desarrollo procedimental constitucional ni era una vinculación real directa hacia la protección de los Derechos Fundamentales.
Resulta interesante, que cuando hablé de acción constitucional para retornar al 5 de abril de 1992 (día del autogolpe), porque ese fue el momento en que se violó el Estado de Derecho y se agraviaron los derechos constitucionales de todos los peruanos e ingresamos a un momento de facto. Hablar de un amparo constitucional en esas circunstancias; o sea, pasado el tiempo significaba restablecer las cosas al momento en que se produjo la violación.
Cuando propuse el amparo ni siquiera la izquierda marxista más radical y extremista estaban de acuerdo, sobre todo los que estaban en el Congreso, porque eso significaba regresar a los 800 dólares americanos mensuales que ganaban los ministros de Estado y 1000 dólares que ganaban los parlamentarios, ese extremo no querían recordarlo ni de broma, porque el presidente Fujimori había elevado a 10 mil dólares la remuneración, esa parte no les incomodaba del autócrata, de alguna forma les parecía justo y simpático. El amparo, las luchas revolucionarias, a veces algunos quieren aplicarlas en la parte que no afecta sus intereses.
Entonces quiero continuar, retornando a la época después del autogolpe, y cuando estaba ausente el presidente García, ¿qué pasaba en esos años con el APRA?, ¿cómo celebramos la fraternidad en esa época?
Recuerdo que tuvimos momentos difíciles, ya que se nos había acusado de tener armas en el local del partido; asimismo, se había vinculado, gratuitamente o no, a varios dirigentes al caso Zanatti entre otros, incluso se habían publicitado una serie de correos, seguramente falsos o no, en los que comprometían a compañeros y trataban de desprestigiar al partido. Lo cierto es que no estábamos en una buena situación, a menos así se nos informaban a los que tuvimos el honor de integrar el comité ejecutivo nacional esos años.
En una de las fraternidades procedimos a montar un estrado en el chasis del camión de un compañero (por falta de recursos según se nos informó); lo anecdótico es que fue una de las manifestaciones más concurridas y entusiastas, ocupando masivamente la avenida de los Pañuelos Blancos –Alfonso Ugarte- , en donde la fe aprista se levantaba en nombre de Haya de la Torre para contrarrestar lo que ya se había convertido, en ese lapso, en una dictadura.
En fin, fraternidad con todos los peruanos, yo diría empiecen por casa, ser fraternos en casa. Viva la fraternidad eternamente. Viva el Perú. Viva Víctor Raúl.
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