Un 88% de los peruanos desaprueba la gestión de la presidenta, mientras que un 91% rechaza el desempeño del Congreso, según revela una encuesta reciente del Instituto de Estudios Peruanos.
La reciente encuesta nacional realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) ha puesto de manifiesto la profunda insatisfacción de la ciudadanía con las principales instituciones de gobierno del Perú. Según los resultados, un 88% de los encuestados desaprueba la gestión de la presidenta Dina Boluarte, un indicador que refleja la continua caída en la aceptación popular desde que asumió el cargo en diciembre de 2022.
Este nivel de desaprobación es particularmente alarmante, considerando que apenas un 6% de la población aprueba la manera en que Boluarte dirige el país. Estos números evidencian una constante tendencia a la baja en la popularidad de la mandataria, situación que se ha visto agravada tras su reciente mensaje del 28 de julio. En dicho discurso, que duró cinco horas, la presidenta abordó temas clave como la corrupción, la seguridad y la economía, aunque con poca repercusión positiva entre la ciudadanía.
Aproximadamente un 52% de los peruanos no se interesó en ver, escuchar o leer el mensaje de Boluarte, lo que podría interpretarse como un signo de desconexión entre el gobierno y la población. Entre aquellos que sí lo hicieron, un 83% se mostró insatisfecho con las respuestas de la presidenta en relación a la corrupción, un 82% con respecto a la seguridad y un 79% en cuanto a la situación económica. En términos generales, un 67% calificó el discurso como «malo» o «muy malo».
La credibilidad de Boluarte también se encuentra en niveles críticos. Un 71% de los encuestados afirmó no creerle en absoluto, mientras que un 18% le concede poca credibilidad. Apenas un 8% le da algo de crédito, y solo un ínfimo 1% expresó una alta confianza en la mandataria.
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El Congreso no escapa a esta crisis de legitimidad. La encuesta muestra que un 91% de la población desaprueba el desempeño del Legislativo, con un 69% de los peruanos que no confía en absoluto en los congresistas. La elección de Eduardo Salhuana como presidente del Congreso también es motivo de descontento, con un 63% de desaprobación.
