En el marco del Día del Lunar, un dermatólogo especialista comentará sobre cómo reconocer un lunar cancerígeno ante la exposición recurrente al sol
La llegada del verano vino con fuerza, ya que trae consigue mayor radiación solar y ultraviolta, por eso nos expones a padecer de enfermedades en la piel. Es por ello que, Jorge Tirado y Bahía (dermatólogo), nos comparte cinco características de un lunar cancerígeno.
- Asimetría. La mayoría de lunares tienen una forma simétrica y esférica. Cuando un lunar es cancerígeno, no posee una forma definida.
- Bordes irregulares. Un lunar benigno tiene un borde definido, mientras que un lunar cancerígeno posee bordes desiguales, irregulares o borrosos.
Un detalle importante para detectarlo es considerar que sus líneas que sus bordes son disparejos, ya que el pigmento se extiende alrededor de la piel.
- Color disparejo. Si los lunares presentan una combinación de varios colores -como negro, café y, en ocasiones, zonas blancas y rojizas- podría ser signo de cáncer.
- Diámetro. La mayoría de lunares mide entre 2 a 3 milímetros. En el caso de un lunar cancerígeno, estos tienden a medir más de 6 milímetros.
- Evolución. Los lunares comunes tienden a crecer lentamente con el pasar de los años. Sin embargo, los lunares malignos se presentan de forma inesperada y crecen rápidamente.
Tirado y Bahía sugiere usar protección solar mayor a 50 FPS media hora antes de exponerse al sol y cada dos horas, especialmente, en temporada de verano. Como también, acudir periódicamente al doctor para conocer y examinar tu piel.