Por muchas décadas, en nuestra patria se veía a China, como el país del que habían migrado muchas personas al Perú, para el trabajo agrícola principalmente en las haciendas de la Costa, cuyos descendientes (tusan) posteriormente fueron microempresarios que a lo largo y ancho del Perú tenían bodegas y bazares, a los que amigablemente se conocía como “el chino de la esquina”, que con bonhomía se supo granjear el cariño de su clientela.
En simultáneo los descendientes de los primeros inmigrantes chinos, pusieron restaurantes, especialmente de cocina cantonesa, a los que denominamos “chifas” que, con el correr de los años se convirtieron en los preferidos de los comensales y, en Lima, quienes estudiábamos en las universidades que en tiempos pretéritos tenían sus aulas en el centro de la ciudad, éramos asiduos concurrentes a los chifas de la calle Capón.
Con el correr de los tiempos, los descendientes de dichos migrantes, nacidos en el Perú, fueron creciendo en sus actividades empresariales, convirtiéndose en medianos y grandes emprendedores, con negocios de comercio, de industria, de minería, de pesca y de infinidad de otros de diversa índole.
Los productos de China que por algunas décadas se importaban, en unos inicios se consideraron de baja calidad, lo que con el devenir comercial y con la mejora de la producción, ya no tenían nada que envidiar a los productos importados de otras latitudes e incluso, en estas épocas, buena parte de los vehículos motorizados que circulan en nuestras vías terrestres son de procedencia china.
Las primeras grandes empresas chinas que vinieron a instalarse en el Perú, como Shougang en minería, no se caracterizaron por el buen tratamiento laboral, lo que perjudicó el prestigio del país de origen, lo que poco a poco fue superado y hoy los emprendimientos chinos de calidad, gozan de la simpatía de nuestros connacionales.
China, en el Perú, dejó de verse como el país de las bodegas y los chifas y, hoy por hoy ha calado en la percepción peruana que China es una gran potencia en el mundo, no solo por su millonaria población, sino por su economía que se ha convertido en una de las principales del mundo y que hace alianzas estratégicas con países como Estados Unidos de América e India, y que gracias a su exitosa planificación, basada en el concepto un país con dos sistemas, ha ido incorporando paulatinamente a la economía occidental a grandes porciones de su territorio y población, precisando que chinos de origen se han educado en las más prestigiosas universidades del planeta.
Los capitales chinos, sean públicos o privados, vienen incursionando en actividades mineras, así como energéticas entre otras, y debería convertirse en un gran aliado inversor y comercial para el Perú, por lo cual ya se ha avanzado con el Puerto de Chancay, actualmente en ejecución, que será el más importante de todo el litoral del Pacífico sudamericano y que permitirá ser el ingreso y a la vez salida de las producciones chinas que vayan y salgan de nuestra América del Sur.