Según lo dispone la Constitución, la dirección y la gestión de los servicios públicos están confiados al Consejo de Ministros y a cada ministro en los asuntos que competen a la cartera a su cargo.
Agrega la Ley de Leyes que los ministros reunidos forman el Consejo de Ministros, actualmente con 18 carteras ministeriales, además de la Presidencia del mismo, quien propone sus integrantes al Presidente de la República, pudiendo ser el Presidente del Gabinete ministro sin cartera, como en la realidad sucede desde hace varios años.
El Presidente del Consejo de Ministros es, después del Presidente de la República, el vocero autorizado del gobierno, por lo que puede hablar de todos los temas gubernamentales y políticos sin excepción alguna, mientras que a cada ministro le compete tratar, dar cuenta, informar e incluso comentar los temas de su respectiva cartera, salvo que el Presidente de la República o el del Consejo de Ministros, le haya encomendado algún tema especial para anunciar o comentar.
Es más que evidente que formando los ministros parte de un mismo colegiado, su actuación debe ser acorde con las decisiones del Consejo de Ministros y las que pudiese haberle impartido, sea el Presidente de la República o el Jefe del Gabinete Ministerial
Por todo lo señalado tiene que exigirse en la actuación de los ministros, como se dice de rey a paje, coherencia y coordinación, en forma tal de evitar confrontaciones innecesarias o malos entendidos desde la ciudadanía.
Lo peor que puede acontecer en un colectivo es dar la sensación de falta de unidad y discrepancias entre sus miembros, estando todos sujetos a la misma regla de conducción de colectivos sociales, esto es libertad absoluta de opinión, ante de la toma de decisión y, unidad después de tomada ella. Por razones de buena comunicación con la ciudadanía, es deseable que los ministros tengan tino y mesura al expresar sus posiciones a la ciudadanía, antes de la toma de decisión, evidentemente para evitar malos entendidos y confusión entre la población.
Si algún ministro no está conforme con la decisión adoptada por el colectivo denominado Consejo de Ministros tiene las puertas abiertas del mismo pudiendo renunciar, como también puede ser removido por el Presidente de la República con acuerdo con quien preside el Consejo de Ministros.
Como vemos son reglas simples y comprensibles, cuyo cumplimiento evita malos entendidos, pues cuando se nota que existen discrepancias entre los ministros, ésa situación en campo fértil para que la prensa se solace y haga notar las diferencias, así como para que la aprovechen los contendores para mostrar a la población las desinteligencias, que muchas veces son involuntarias.
Ante la prensa los ministros, insistimos, tienen que ser coherentes y coordinados y, no temer decir ante sus interlocutores de la prensa, que son los vehículos de transmisión de sus ideas a la ciudadanía: este asunto aún no lo hemos tratado o, este asunto pronto lo trataremos esperando se encuentre la solución adecuada, para lo cual pondremos nuestros máximos esfuerzos
