La celebración se extenderá hasta el 6 de enero, coincidiendo con el Día de la Bajada de Reyes
Desde la víspera de Navidad, específicamente el domingo 24 de diciembre, Antabamba se ha sumido en una celebración ininterrumpida. El inicio de las festividades se marcó esa tarde con el vibrante ritmo de la huaylía, la danza tradicional de esta provincia, la cual es representada por diversos grupos de danzantes durante la festividad navideña.
La huaylía es una danza que se interpreta en varios pueblos de Apurímac en conmemoración de la Navidad, siendo una tradición religiosa que surge de la fusión de la cultura española y quechua. En el caso particular de la provincia de Antabamba, los festejos se despliegan de manera simultánea tanto en la ciudad de Antabamba como en los siete distritos y nueve anexos que conforman la provincia.
La huaylía no solo es una danza, sino también una expresión de plegaria. A través de esta manifestación artística, la comunidad expresa su regocijo por el nacimiento del Niño Manuelito. Durante la representación, los danzantes se visten con atuendos que simbolizan personajes extraídos de la vida cotidiana de sus comunidades. La música, característica por sus sonidos generados mediante matracas y sonajas, se complementa con un coro de voces femeninas y zapateos.
Esta danza, considerada de influencia española, se diferencia por la presencia de la palabra «Huaylía», cuyo silabeo presenta diptongos e hiatos, aspectos que no son propios del quechua. En caso de ser de origen andino, la palabra debería escribirse como «wayliya», sin embargo, esto no se verifica.
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Tradicionalmente, la huaylía se celebra desde el 24 hasta el 29 de diciembre, pero en esta ocasión, se ha extendido hasta el 6 de enero, el Día de los Reyes o Bajada de Reyes. La responsabilidad de organizar estas celebraciones recae en los mayordomos.
«Huaylía» tiene como significado «aleluya». Un dato destacado es que la Huaylía no solo es una danza, sino también un género musical folclórico, bailable, religioso y cultural. Lo notable es que en esta expresión no se utilizan instrumentos musicales, sino que la música se compone únicamente a través del canto y el baile de los participantes.
La vestimenta característica de la danza huaylía es elegante y señorial. Los participantes lucen sombreros adornados con vistosos plumajes de pavo real. Los rostros de los varones se ocultan tras cuidadas máscaras entrelazadas. Llevan pañuelos de seda en la espalda, sobre las camisas blancas de corte elegante y corbata. Los pantalones de montar exhiben decoraciones con siluetas de caballos o vacas, mientras que las botas de cuero puro tienen una apariencia imponente. El zurriago, símbolo de mando, representa el estilo de vida del señor español o misti.
Los versos entonados por los participantes transmiten el rechazo a la tiranía del misti, y el zapateo enérgico expresa la protesta contra la imposición sobre el hombre andino.
La Huaylía de Antabamba ha sido oficialmente reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación mediante la Resolución Directoral Nacional Nº 116/INC del 11 de febrero de 2004.
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