Todo parece indicar –pensando de mejor modo—que la presidenta Sra. Dina Boluarte estuviera hipotecada a los feudos y ambiciones de Vladimir Cerrón y demás secuaces.
Cómo entonces entender que ella se haya propuesto llamar aquellos que de una u otra forma estuvieron a las órdenes de aquel. Se ha empeñado, en recoger lo que dejara el corrupto Pedro Castillo. Todas sus acciones apuntan a ese rumbo.
Entonces es certero decir que ella está como el enano, en sus trece. Que no oculta. Disfraza sus acciones repitiendo machaconamente que ella es provinciana. Que ella quiere a “sus hermanos” y demás paparrucha que suelta cada que Otárola la envía a conversar con la prensa.
Que le pidan que cambie de rumbo que lleva parece no importarle. Repito, en sus trece por dogmatismo diría mejor.
Qué otras razones podríamos esbozar cuando observamos que llama a gente evidentemente cuestionada o que carga mochila funesta como este que acaba de ser nombrado reemplazante de la Sra. Gutiérrez, de quién se dice que hasta un muerto carga amén de otros cuestionamientos que han puesto en alerta a otros médicos de Es Salud.
Preguntemos ¿para qué los llama? ¿A lo mejor para que sean parte del banquete palaciego? O siguiendo las órdenes de Vladimir Cerrón. Tal y conforme hiciera el corrupto prosor Castillo. Llamó a un llorón, pero pegalón, para ministro de Defensa. Cuando lo sacaron se echó a llorar. Sin embargo, fue premiado con una canonjía internacional. Hoy que lo han cesado intenta pedir, en juicio contra el Estado, por despido intempestivo. Una millonada de indemnización. Qué clase de gente, tuvo una gloriosa institución. Ese, sí, el mismo que usaba el avión de Aeronaval para pasear a sus familiares y se preguntaba ¿acaso es delito? Bu bu bu…
La Sra. Dina, fiel a sus trece, nombra a una cuestionada, ahora de glúteos prominentes como ministra de Salud, antes que la censuraran renunció con el buen cariño de la Sra. Dina: después te vuelvo a llamar. Y en efecto la llamó ante el rechazo de la población. En su reemplazo llamó para seguir el mismo desastroso rumbo a uno que carrea una mortífera mochila. Ella cumple y Vladimir, festeja.
Diera la impresión que la Sra. Dina —se asume que su asesor es el PCM señor Otárola, ella ni él se percatan del inminente peligro que significa que los atorrantes de la izquierda sigan con el estribillo que se vaya ella con sus congresistas-.
Y tenía que pasar; se barruntaba que así sería. Los de la izquierda se dicen la vela verde cuando se les escapa el jamón. No podía faltar en esa hambrienta posición la verónica esa que se moviliza internacionalmente sabe dios con qué fondos. Los quitos y demás ripio del callejón ahora desertores de su patrón, Vladimir Cerrón– ¡vaya! Me salió con rima—no saben con quién alinearse; se encuentran huérfanos. Todo se ha reventado por la angurria de manejar la mesa directiva en el callejón. Se da a conocer que el presupuesto del callejón tiene millones abundantes para “administrar”
Y como ya vieron a monseñor Wiliams cómo es que se hace para repartir bonos, regalos, carteritas, bufets, gratificaciones y tal vez como dice la Sra. Sada Goray:” bonos de éxito” entre los viandantes del Congreso. La consigna de Vladimir Cerrón: atención mis “valientes” no pierdan esa torta, o mejor, no se la dejen arrebatar. ¿El país? ¡a mí qué chu! Los que no estamos en el Congreso por monses, seguimos pateando bidones. Sobre todo, hoy que solo dieron 300 soles de gratificación a los de las FF. AA Y PNP en actividad y pensionistas, por fiestas Patrias. Mientras que a los inquilinos del Congreso les reparten doble sueldo junto a sus alcanzadores de café. Claro, diría monseñor Williams: había que estar bien con dios y con el diablo. Quiere decir, entonces, que aquellos están en el limbo. Dios te va a castigar, monseñor.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra y analista político.