Para cercenar el cadáver utilizó un cuchillo y un cincel
El asesino confeso Giancarlo Sánchez Suárez (21), estudiante de medicina veterinaria, usó sus conocimientos a fin de planificar y asesinar a su amigo taxista Gerver Coz Vara (35), a quien primero le colocó ansiolítico en su vaso con licor y después le aplicó una inyección de uso veterinario para la eutanasia en animales, según su confesión ante los detectives de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.
Tras cometer el crimen permaneció con el cadáver en su casa y dos días después empezó a descomponerse, por lo que decidió descuartizarlo para deshacerse de la prueba del delito.
Para cercenar el cadáver utilizó un cuchillo y un cincel. Colocó los restos en bolsas, los subió a la camioneta RAV 4×4, de placa AEW-259, de propiedad de la víctima, y los tuvo ahí casi un día paseándolas por los distritos de Lima Sur y Este buscando el lugar para abandonarlos y es así que la madrugada del 18 de setiembre los dejó en tres puntos en Cieneguilla, informó la fuente policial.
Durante su confesión ante la Policía, el estudiante reveló que la cabeza de su amigo taxista la había enterrado en el patio de su casa. Los peritos de criminalística y detectives de la División de Investigación de Homicidios, dirigidos por el coronel Víctor Revoredo Farfán, jefe de la referida unidad, acudieron a la vivienda de este y tras realizar una excavación hallaron dicha parte del cadáver de la víctima.
Sánchez, quien se hizo amigo muy cercano del taxista desde hace un año, planificó al milímetro su crimen llevado por celos, según informaron fuentes policiales.
El muchacho buscó como excusa el cumpleaños del taxista Gerver Coz –que fue el 15 de setiembre– y lo invitó a su casa, en el jirón Enrique Openhimer 980, en San Juan de Miraflores (SJM), la noche del 14 para celebrar. Ahí cenaron y se pusieron a beber licor.
El estudiante de medicina veterinaria le sirvió el licor a su invitado especial y le colocó las dosis de ansiolíticos. En medio de la conversación discutieron por problemas personales. Luego, cuando el taxista estaba semi inconsciente e indefenso le aplicó una inyección que utiliza para sacrificar a los animales, señaló una fuente policial.