Luego de obtener apoyo financiero argentino, el concurso de patriotas chilenos y capturar navíos españoles y convertirlos en escuadra insurrecta
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El generalísimo José de San Martín, al tomar la decisión de asumir la jefatura de la Expedición Libertadora del Perú, se encontraba en Chile donde al frente de las fuerzas independentistas había derrotado a los realistas en la Batalla de Maipú, y resolvió viajar a Buenos Aires para solicitar el apoyo para la formación de una escuadra e ir desde Chile para expulsar a los enemigos de la costa del pacífico.
Para esta empresa necesitaba más reclutas y oficiales; renovar los armamentos, el vestuario y los caballos, en suna una urgente financiación pero las arcas del gobierno argentino estaban muy débiles.
El Director Supremo Pueyrredón tenía que afrontar una serie de exigencias, como la amenaza de una invasión portuguesa en la Banda Oriental y la amenaza de Fernando VII, que estaba armando un ejército para invadir el Río de la Plata, y estuvo de acuerdo en conseguirle hasta 500 mil pesos en cuatro meses, lo que hizo y cumplió.
Se forma la Expedición
Satisfecho con su gestión, le escribió a O’Higgins antes de retornar: «El empréstito de los quinientos mil pesos está realizado. (…) auméntese la fuerza hasta nueve mil hombres. Prevengo que en los quinientos mil pesos va inclusa la cantidad del valor de cuatro mil quinientos vestuarios destinados para el Ejército de los Andes. Póngase usted en zancos y dé una impulsión a todo para que haya menos que trabajar. De lo contrario yo me tiro a muerto.»
En realidad, los preparativos para la adquisición de la escuadra habían comenzado un tiempo atrás. Álvarez Condarco y Álvarez Jonte fueron a Londres con ese objeto, Manuel Aguirre y Gregorio Gómez, viajaron a Norteamérica para contratar barcos de guerra por cuenta de los gobiernos argentino y chileno. Desde Europa vendría Lord Cochrane para asumir el almirantazgo de la escuadra.
En Buenos Aires había comprado armas y pertrechos de guerra, hacia fines agosto, estando en Mendoza, recibió una carta de Pueyrredón: el empréstito había fracasado. San Martín presentó su renuncia, y debido al impacto que causó ésta en Buenos Aires, el Director Supremo dio marcha atrás y logró juntar unos trescientos mil pesos.
De regreso a Santiago fue recibido con una buena noticia ya que la bisoña escuadra chilena, que ya contaba con varios de los buques contratados, comenzaba a dar frutos: el coronel Blanco Encalada apresó en Talcahuano a la fragata española «Reina María Isabel». El 13 de noviembre de 1818 redactó un manifiesto al pueblo del Perú, en que se presentaba como su Libertador:
Manifiesto al Perú
«Mi anuncio no es el de un conquistador que trata de sistematizar una nueva esclavitud. Yo no puedo ser sino un instrumento accidental de la justicia y un agente del destino. El resultado de la victoria hará que la capital del Perú vea por la primera vez reunidos a sus hijos eligiendo libremente su gobierno y apareciendo a la faz de las naciones del globo entre el rango de las naciones».
Lord Cochrane llegó a Valparaíso el 28 de noviembre de 1818 y el 14 de enero de 1819, salió de Valparaíso rumbo al puerto de El Callao para hacer su primer crucero por el Pacífico y combatir a la flota española. La iniciación de la guerra marítima era la etapa indispensable de la expedición al Perú.
Para ese entonces, el gobierno de Buenos Aires enfrentaba una severa crisis institucional, militar y política que le impedía continuar apoyando al Ejército de los Andes; mientras tanto, en Chile O’Higgins trabajaba con entusiasmo en los preparativos para organizar la campaña.
Aún hallándose en Argentina culminando la obtención de ayudas, San Martín sufrió un severo ataque de reuma y tuvo que ser trasladado, en enero de 1819, en camilla por la cordillera. En Buenos Aires, la crisis política concluyó con la disolución del Congreso y la supresión del cargo de Director Supremo. Ante los hechos, el 2 de abril de 1820 se realizó en Rancagua, una crucial reunión de todos los jefes del Ejército de los Andes.
San Martín regresó a Chile, donde consiguió ayuda financiera del gobierno, y armó una escuadra que quedó al mando del marino escocés Lord Cochrane. Cuando se disponía a iniciar la campaña, el Directorio argentino le ordenó que marchara hacia el Litoral con su ejército para combatir a los federales de Santa Fey Entre Ríos. Pero, San Martín se negó a hacerlo, porque se trataba de patriotas en rebelión.
Creación de la escuadra
La flota que llevaría al ejército libertador al Perú se formó por capturas de buques españoles y la compra de naves inglesas y americanas. El primer buque de guerra capturado fue el bergantín español llamado Águila, de 16 cañones, al que se le puso el nombre de Pueyrredón.
En su primera misión fue enviado a la isla Juan Fernández a rescatar los patriotas prisioneros de los realistas. Entre ellos estaba Manuel Blanco Encalada, quien sería luego comandante de la flota.
Luego llegó el Windham de 44 cañones, comprado en Londres y rebautizado como Lautaro. Con estos dos buques, luego de la victoria de Maipú, persiguieron a la flota española compuesta por la Esmeralda, la Venganza y el Pezuela que bloqueaba Valparaíso y hostigaban a los buques neutrales que llegaban al puerto.
Más capturas
En abril de 1818, la Lautaro y el Pueyrredón salieron del puerto y consiguieron dominar las costas de Valparaíso. En julio se compró una corbeta estadounidense rebautizada como Chacabuco, luego otro bergantín estadounidense renombrado como Araucano.
En agosto llegó un navío importante, de 60 cañones, contratado por Condaro en Londres, que se denominó San Martín. El mando de la armada fue confiado a Manuel Blanco Encalada. Los patriotas tenían a fines de 1818 una escuadra que podía combatir contra los realistas en el Pacífico.
También, una expedición española de once transportes, que conducían 2000 soldados, escoltadas por dos naves de guerra. Pronto, los patriotas argentinos tomaron conocimiento de su itinerario, y pronto la escuadra chilena al mando de Blanco Encalada, interceptó al convoy realista. Cayeron en manos de los patriotas cinco transportes con todos sus bagajes. El resto huyó al Callao
Rumbo al Perú
Thomas Cochrane, lord escocés, miembro del parlamento y héroe de muchas batallas en las flotas de Inglaterra, fue nombrado jefe de la escuadra chilena con el grado de Vicealmirante y Manuel Blanco Encalada, conociendo la capacidad del nuevo jefe, se puso a sus órdenes. Los independientes, a fines de 1818 podían dominar el Pacífico. Este era el paso previo para poder llevar el ejército al Perú.
El estandarte de la Expedición Libertadora del Perú que arribó desde Chile tiene el fondo tres estrellas simbolizando los tres países comprometidos en una alianza por la independencia peruana y cuya representación se conserva en el Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú en Lima.
Allí se puede observar en una escena la representación pictórica que corresponde al pase del batallón Numancia que compromete su lealtad a la causa independentista siendo renombrado por San Martín como Batallón Voltígeros de la Guardia.
Fuente: https://www.todo-argentina.net/biografias/san_martin/la_guerra_en_el_mar.htm