Un ataque en la estación de tren de Quetta, capital de Baluchistán, deja múltiples víctimas y apunta a las fuerzas de seguridad pakistaníes.
Un atentado suicida sacudió la mañana del sábado la estación principal de trenes de Quetta, en la provincia de Baluchistán, Pakistán, dejando un saldo trágico de al menos 25 muertos, entre ellos 14 soldados, y 46 heridos. El ataque sorprendió a los pasajeros en plena espera en el andén, convirtiendo el lugar en un escenario de caos y destrucción, con pertenencias dispersas y rastros de sangre en toda la plataforma.
Shahid Rind, portavoz del gobierno provincial, confirmó el fallecimiento de una mujer entre las víctimas, actualizando la cifra inicial de 17 muertos. El Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), un grupo separatista que lucha por la independencia de la región, se atribuyó la autoría del ataque. En su comunicado, el BLA explicó que el objetivo principal eran soldados que habían finalizado un curso en la Escuela de Infantería y se encontraban en la estación.
Este grupo militante ha sido conocido por sus ataques constantes contra el ejército y contra habitantes de otras provincias, a quienes considera ajenos a la región. El BLA acusa al gobierno de Islamabad de aprovecharse de los recursos naturales de Baluchistán sin ofrecer beneficios a su población, una queja persistente en esta provincia que es rica en recursos, pero pobre en desarrollo y oportunidades económicas.
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Las autoridades han comenzado una investigación para esclarecer cómo se produjo el ataque. Según explicó el oficial de policía Muhammad Baloch, no se descarta que el explosivo haya sido introducido en la estación dentro de algún equipaje abandonado. La magnitud de la explosión y el número de víctimas hace que se contemple la posibilidad de un ataque suicida, aunque esta hipótesis aún no ha sido confirmada.
Mientras bomberos y rescatistas atendían a los heridos y trataban de recuperar pertenencias de entre los escombros, las fuerzas armadas patrullaban la zona fuertemente armadas, intentando garantizar la seguridad en caso de nuevos ataques.
La provincia de Baluchistán ha sido un punto crítico de violencia en los últimos años, con varios ataques dirigidos a proyectos energéticos internacionales y contra las fuerzas de seguridad. El último incidente grave ocurrió en agosto, cuando el BLA se responsabilizó de una serie de ataques coordinados que resultaron en la muerte de al menos 39 personas, aumentando la tensión en la región y subrayando la gravedad del conflicto separatista en Pakistán.
