Entrevista a exministro del interior, Miguel Hidalgo. Advierte de presencia del “Tren de Aragua”, dedicada a la extorsión, sicariato, proxenetismo y secuestro.
Pablo Carranza Espinoza
En la comunidad venezolana que vive en Perú, que alcanza el millón y medio de personas según Migraciones, hay un gran porcentaje de delincuentes y criminales que el dictador Nicolás Maduro ha soltado en su país para mandarlos aquí, denunció el exministro del Interior, Miguel Hidalgo, en declaraciones exclusivas a LA RAZÓN.
Según el general en situación retiro, de la totalidad de inmigrantes que vinieron desde esa nación caribeña en los últimos seis años, hay mucha gente buena y honrada, pero también se han originado efectos secundarios que han agudizado la delincuencia y la violencia en las calles de las principales ciudades, así como el aumento de la informalidad.
¿Cuánto influye la gran masa migratoria venezolana en la inseguridad ciudadana?
Sería injusto atribuirles toda la responsabilidad, pero un gran porcentaje de inmigrantes venezolanos tienen antecedentes delincuenciales y de mala conducta. Ha aumentado la violencia, la informalidad y la prostitución como nunca antes y al Poder Ejecutivo parece no importarle nada.
¿Y por qué Nicolás Maduro haría eso?
El régimen chavista es muy corrupto y agresivo, han soltado presos que están en toda la región, pero la culpa no la tienen los venezolanos que son gente honrada y honesta que quiere ganarse un pan limpiamente. Hay que hacer las distinciones del caso, sin embargo, la situación es preocupante porque esos delincuentes se han organizado en bandas criminales muy agresivas que operan en el Cono Norte, Sur y Este de la capital.
¿Qué características tiene la criminalidad venezolana?
Actualmente, no se descarta la presencia de las afamadas bandas criminales “Willy Melian” y el “Tren de Aragua” en el Perú, cuyas actividades abarcan desde la extorsión, sicariato, proxenetismo y secuestros. Ambas bandas provienen de las zonas más convulsionadas de Venezuela, el Petare de Caracas y Maracaibo del Estado del Zulia. Hay que tener mucha cautela porque la Policía está muy desprevenida en la lucha contra la delincuencia.
¿Pero cómo pudimos llegar a esta situación?
Esta situación se debe a los continuos cambios en la Comandancia General de la Policía y el Ministerio del Interior, que ha habido como 15 ministros en 5 años, de esa manera tenemos instituciones inexistentes e inoperantes, creando un caldo de cultivo a favor del tráfico de drogas y también a los gobiernos por haberles dado carta abierta a que los inmigrantes venezolanos entraran al país sin ningún tipo de restricción, a diferencia de otros países que verificaban los antecedentes penales y la historia de vida.
¿Cómo se encuentra la Policía para poder afrontar estas situaciones?
Lamentablemente, la Policía tiene muchas limitaciones y necesidades, pero también hay otras instituciones que deberían ayudar a resolver esta problemática, como, por ejemplo, el Instituto Nacional Penitenciario o el Poder Judicial, que poco o nada contribuyen a esta labor. Todos los países que tienen éxito combatiendo este tipo de fenómenos sociales han implantado programas transversales por intervalos de cinco o hasta más años. Pero aquí todavía estamos en la discusión de que hacerlo o cómo hacerlo.
