Por: Martín Valdivia
Lo sucedido en Fiori con el bus incendiado es una historia repetitiva en el Perú. En un país donde la informalidad es la madre de todas las desgracias, un hecho de este tipo se volverá a repetir, casi como la antigua pero vigente «Ley de Murphy»: si algo puede salir mal, saldrá mal. A esta severa informalidad que campea por todos lado, se une la falta de educación de gran parte de nuestro pueblo y la inoperancia de las autoridades por imponer el principio de autoridad.
Todos estos ingredientes, sazonados con la criollada y el Pepe el Vivo, trae como consecuencia este tipo de desgracias que el peruano común y corriente alienta con su pasividad y poco respeto a las normas. ¿Cómo es posinle que este bus recibiera pasajeros en un terminal informal supuestamente clausurado por la municipalidad de San Martín de Porres? ¿Quién controlaba que esta clausura se cumpla para todos sus efectos? ¿Cómo es posible que existan en Lima nada de menos que 26 terminales informales operando incluso ante la pasividad de la policia?
Ahora las autoridades harán operaciones «inapropiadas» a esos mismos terminales de la muerte, llevarán cámaras, diran que los clausuran y veremos a alcaldes levantando el dedo índice y el mentón para dejar en claro que «ellos mandan» y que las normas se cumplen. Seguro la policía llevará personal para «castigar» a los buses informales y se hará el gran show para la televisión. Eso durará unos días.
De aquí a unas semanas, y lo puedo firmar, volverán los mismos buses a los mismos terminales informales y los pasajeros se habrán olvidado de los 17 muertos de Fiori y volverán a tomar esos buses «porque me cobra menos y no hay plata,pe». Y así la gente seguirá muriendo y las autoridades volverán a hacer operaciones y del caos imperará de nuevo. Un círculo vicioso que nadie se atreve a romperlo por miedo, desidia o conformismo.
Un país plagado de informalidad sólo puede parir noticias de este tipo.¿Por qué no se manda a la cárcel a los empresarios que usan los terminales informales para seguir operando? ¿Por qué se tiene temor de aplicar la mano dura como elemento alecionador frente a la viveza criolla de millones de peruanos que se han acostumbrado a vivir así?
El Perú nunca se integrará a los países del primer mundo si antes no soluciona sus problemas de educación, si antes el civismo no destierra de una vez por todas la informalidad. Por más que mostremos cifras macroeconómicas en azul y consideremos que estamos en camino al desarrollo, jamás dejaremos de ser un país del tercer mundo si antes no superamos nosotros mismos estas taras que nos agobian. La muerte de estas 17 personas no debe quedar impune… Porque lo que digo y escribo, siempre lo firmo.
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