El presidente Lula da Silva ha confirmado un paquete económico de ayuda a todas las víctimas por las inundaciones
Las intensas lluvias que azotan el sur de Brasil desde finales de abril han dejado como saldo más de 2,1 millones de damnificados y al menos 137 fallecidos, según el informe más reciente de la Defensa Civil.
Los daños ocasiones obligado el desplazamiento de 81.000 familias refugiadas en albergues improvisados por las autoridades. Por otro parte, se registra una ligera disminución en el número de desaparecidos, que pasó de 141 a 125 tras una revisión de los datos.
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Los temporales dejaron un escenario caótico, con ciudades parcial o totalmente bajo el agua, vías destruidas y servicios públicos colapsados. La labor de los miles de efectivos encargados de los rescates se ve obstaculizada por las condiciones adversas.
Por otro parte, la situación más crítica se vive en Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, donde se han reportado la mayoría de las víctimas y el 90 % de los municipios están afectados.
A pesar de una breve pausa, las lluvias han regresado con fuerza este sábado, afectando especialmente el Valle de Taquarí y Porto Alegre, cuyo centro histórico permanece inundado.
Estado de Brasil promete más apoyo
Para ayudar a las víctimas, llegó a Rio Grande el mayor navío de guerra de Brasil, cargado con donaciones y equipamiento para enfrentar la emergencia. La recuperación de Rio Grande do Sul requerirá una inversión significativa, con estimaciones que superan los 3.700 millones de dólares.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció un paquete de ayudas de 9.800 millones de dólares para ese estado, buscando paliar los estragos causados por las inundaciones.