Operaciones policiales se realizaron en contra de los asesinos de un policía
Al menos seis supuestos pistoleros murieron y tres personas resultaron heridas en un enfrentamiento entre agentes policiales y los miembros de una banda, informaron fuentes oficiales.
La policía brasileña realizó una operación militar en el barrio Ciudad de Dios, en Río de Janeiro (sureste), poco después del asesinato de un agente, informó la Secretaría Municipal de Salud del Ayuntamiento de esa ciudad en un comunicado.
Siete personas baleadas en esa comunidad fueron llevadas al hospital municipal Lourenço Jorge, pero «cuatro de ellas estaban muertas cuando llegaron», dice el comunicado.
«¡Ayúdenos! Queremos saber quién mató al agente de la Policía Militar, Stefan Cruz Contreiras, asesinado cobardemente por criminales fuertemente armados», escribió la corporación en su cuenta oficial de la red social Twitter, poco antes de comenzar la búsqueda de los sospechosos.
La muerte del policía se produjo en el barrio de Jacarepaguá (zona oeste de la ciudad), muy cerca del complejo de viviendas de Ciudad de Dios adonde poco después se desplazaron decenas de agentes para una operación especial.
Hubo intensos tiroteos entre facciones del narcotráfico y policías, que obligaron a cortar al tránsito de la línea Amarilla (una de las más importantes autovías de la ciudad), dejando atrapadas a decenas de personas dentro de sus vehículos con el riesgo de ser baleadas.Entidades ligadas al Observatorio de la Intervención, que monitorea las acciones de seguridad ligadas a la intervención militar que vive el estado de Río de Janeiro, criticaron que haya habido fallecidos en la actuación policial.
El Observatorio de la Intervención presentó recientemente un informe de balance de los dos primeros meses de intervención militar, con la conclusión de que la violencia no está disminuyendo y que están aumentando los fenómenos como el de las matanzas (cuando hay más de tres muertos en un solo incidente).
A mediados de febrero, la administración de Michel Temer decretó la intervención, una medida inédita en la democracia brasileña que supuso apartar a los responsables políticos de seguridad pública del Gobierno de Río para colocar en su lugar a altos mandos de las Fuerzas Armadas.El Gobierno justificó esta medida extrema alegando que el estado vivía una ola de violencia incontrolada, pero con el paso de las semanas la mayoría de los indicadores de inseguridad se mantienen en los mismos niveles y otros, como el número de tiroteos, han aumentado.