Magallanes y Elcano protagonizaron hace 500 años la primera proeza de navegantes pionera de la globalización del planeta
El 20 de septiembre de 1519, una flota compuesta por cinco naves y 250 hombres partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda, en el sur de España, hacia el Atlántico. Al mando del buque insignia, la nao Trinidad, estaba el capitán portugués Fernando de Magallanes.
Ni Magallanes ni sus hombres eran conscientes entonces de que su expedición cambiaría el curso de la historia: sin saberlo, se convertirían en los primeros en dar la vuelta al mundo, hito del que se celebra su quinto centenario.
Pero también fue una auténtica hazaña de resistencia humana: la primera circunnavegación al globo fue un auténtico infierno de enfermedades, hambre y violencia, apunta el historiador Jerry Brotton en BBC History Magazine.
De hecho, solo 18 de esos 250 tripulantes regresaron a Sanlúcar, tres años después de haber salido de ese puerto.
Y aunque muchos le atribuyen a Magallanes el crédito de ser la primera persona en circunnavegar la Tierra, el portugués no está entre los 18 que sobrevivieron, porque luego de su muerto fue reemplazado por su segundo, Sebastián Elcano.
La idea de Magallanes
El destino principal de este gran viaje no era dar la vuelta al mundo, sino llegar a las Islas de las Especias -o islas Molucas, en Indonesia- y sus riquezas por la ruta oeste, que era lo que había pretendido Cristóbal Colón cuando se encontró con el continente americano.
Creía que podría llegar a la región mucho más rápido viajando en la dirección opuesta, alrededor de la punta de América del Sur, a través del recién descubierto Océano Pacífico y hasta las islas productoras de especias, en el archipiélago indonesio. España acogió estupendamente el proyecto.
El emperador Carlos V aceptó la propuesta de Magallanes. Poco después del descubrimiento de Colón, en 1494, España y Portugal, llegaron al Acuerdo de TordesillAS para repartirse las zonas de navegación del océano Atlántico y los territorios del «nuevo mundo». Ese día fue ha ce 525 años en que Portugal y España se repartieron el «nuevo mundo»
Los primeros obstáculos
La flota partió desde Sanlúcar hasta las islas Canarias, después se dirigió hacia las islas de Cabo Verde antes de cruzar el Atlántico hasta la costa sudamericana, llegando a la actual bahía de Río de Janeiro en diciembre de 1519.
La tripulación tuvo que soportar un invierno brutal -y los marineros tenían que dormir en cubierta en condiciones casi de congelamiento-, mientras las raciones se reducían y aumentaba el hambre, dando lugar a motines en las naves.
«Los ánimos empeoraron aún más cuando uno de los barcos naufragó debido al empeoramiento del tiempo, y la búsqueda del prometido estrecho al Pacífico se extendió durante semanas, luego a meses», escribió el historiador.
«Fue una expedición que entre motines, rebeliones, hambre, sed… Fue perdiendo a muchos de sus componentes en la primera mitad», señala el archivero.
Magallanes y sus hombres finalmente encontraron el paso al otro lado de América del Sur. El 28 de noviembre de 1520 entraron en lo que Magallanes bautizó como mare Pacificum (mar Pacífico). El navegante portugués, sin embargo, o sabía la magnitud de la amenaza que aún le esperaba.
El Pacífico
Magallanes no podía ni imaginar la escala del Pacífico, un océano que tiene el doble del tamaño del Atlántico y que abarca un tercio de la superficie de la Tierra. Durante tres meses y veinte días no pudieron conseguir alimentos frescos.
Comíamos bizcocho, aunque ya no era bizcocho sino polvo mezclado con gusanos y lo que quedaba apestaba a orines de ratas.
Cuando Magallanes se da cuenta del tamaño del Pacífico «le queda claro que las Islas de las Especias no están en la esfera de influencia castellana», explica Vázquez.
Entonces decide tomar otro objetivo, toca tierra en Mactán, Filipinas y toma contacto con los caciques y los reyes locales, ve que aquella tierra tiene recursos, oro… y decide meterse en la política local de esas islas para sacar partido y fue una pésima decisión.
Muere en Filipinas
El portugués decide entonces invadir la isla junto con otros 40 tripulantes. Los nativos se resistieron violentamente. Magallanes fue asesinado y su cuerpo nunca fue recuperado. Para el navegador portugués, la travesía terminó en Mactán, sin completar la vuelta al mundo.
El capitán español Juan Sebastián Elcano quedó como el nuevo comandante de la expedición, y fue bajo su mando que navegaron hasta el destino que ambicionaba Magallanes: las Islas de las Especias o las islas Molucas, a donde llegaron en noviembre de 1521.
La disyuntiva que se presentaba ahora era qué ruta seguir. La nao Trinidad -que había estado comandada por Magallanes- trató de volver por el Pacífico, pero no lo logró al ser capturada por barcos Portugueses.
Elcano al frente
La nao Victoria, con Elcano al frente, se dirigió de regreso a España a través del océano Índico y bordeando el cabo de Buena Esperanza.
Aunque no querían atracar en Cabo Verde, bajo dominio portugués, las condiciones los obligan.
Pero, cuenta el archivero, «plantean una estratagema»: no pueden decir que vienen de las Islas de las Especias, porque eso conllevaría su apresamiento, así que dicen que es una nave perdida procedente de América.
En un primer momento les creen, pero los portugueses acaban por apresar a 13 de los tripulantes y solo 18 consiguen escapar en la nao Victoria.
El 6 de septiembre de 1522 la Victoria entró en el puerto de Sanlúcar con solo 18 famélicos tripulantes de los 250 que partieron, completando la primera circunnavegación al globo de la que se tiene constancia.
El emperador Carlos V recibió a algunos de los supervivientes y concedió a Elcano una renta anual y un escudo de armas con un globo terráqueo y la leyenda: Primus circumdedisti me (El primero que me circunnavegó).
El capitán regresó más tarde a otra expedición al Pacífico, donde murió en 1526.
Para el historiador Jerry Brotton, las consecuencias de la travesía emprendida por el explorador portugués hay que verlas a largo plazo.
«La mentalidad de Magallanes, su imaginación y su determinación de usar globos terrestres, en lugar de mapas planos, para comprender el mundo, abrió una profusión de nuevas oportunidades comerciales», señala.
«Se podría decir que su gran viaje disparó el arma inicial en la carrera hacia la globalización, con todos los riesgos y oportunidades que esto nos presenta hoy», señala.
BBC.COM/MUNDO