Por: Phillip Butters : Si nos ceñimos a lo que dice la Constitución sobre las funciones del Tribunal Constitucional, éste, con respecto al caso de Keiko Fujimori, no tenía que fijarse si es culpable o inocente. Sin examinar los tres supuestos que hacen posible una prisión preventiva según el mundo jurídico peruano e internacional.
Para comenzar, Punto uno: ¿Lavó o no lavó activos? Ese delito que le están imputando los fiscales José Domingo Pérez (JDP) y Vela Barba, es un delito cometido supuestamente por recibir aportes ilegales en campaña. Eso han tenido que evaluar los señores Blume Fortini, Ferrero, Cerdón y Ramos.
Dos: ¿Obstruyó o no la justicia? ¿Amenazó testigos? ¿Tenía poder la bancada Fujimorista en el famoso chat “la botica” para influir sobre jueces o fiscales? ¿Qué elementos objetivos habían para pensar que los congresistas fujimoristas podían presionar a JDP, a Vela Barba, o a cualquier otro fiscal para que dejen de acusar a Keiko? ¿Tenían esos señores poder para presionar al juez Concepción Carhuancho y que no metiera presa a Keiko? Los hechos dicen que la metió presa, pero como dijo el tribuno Ramos, “si ya no hay Congreso, y a no hay bancadas. Y si no hay bancadas, esa prisión tiene que haber cesado porque se manifiesta como inoperativa”.
Como tercero y último elemento a concatenar: ¿Tenía Keiko intensión de fugarse? ¿No bastaba un impedimento de salida y el embargo de sus bienes, el arraigo de una mujer con niñas menores de edad para decir que no debería estar presa? La propia Corte Interamericana de Derechos Humanos dice que un año de investigación es suficiente para que una persona sea acusada. Todo eso no ha sido corroborado. Keiko está bien liberada de acuerdo a Ley.
En el lado político del tema, ¿Cómo habrá quedado psicológicamente Keiko, sus dos hijas, su esposo, cómo ha influido el encierro en su estado anímico, cómo ha afectado a su madre que tiene un tema oncológico, a su padre? ¿Cómo irá a pasar estas fiestas Keiko? ¿Tendrá cabeza para hacer proselitismo político? Eso es imposible de analizar. Solo Keiko sabrá lo que es volver a dormir en su cama, estar con sus hijas y besarlas.
Y reitero lo dicho antes acá en La Razón y en ComButters, por Wilax: Keiko Fujimori es una mujer como lo es Nadine Heredia, que tiene que haber llorado en brazos de sus hijos. Como lo es Susana Villarán que estará sufriendo carcelería alejada de sus nietos. Es un hombre Alejandro Toledo que ahora debe tener alteraciones mentales producto de su encierro en EE.UU., También lo debe estar pasando pésimo PPK en una soledad atroz. Todos esos señores son humanos, como lo fue Alan García y razonablemente se metió un balazo para no sufrir las humillaciones que se sufre en la carcelería.
Es muy difícil especular sobre lo que hará Keiko de ahora en adelante. Insisto en que se hizo justicia.
Miren cómo se portan sus adversarios políticos como Indira Huilca, Marco Arana, hasta el propio Gino Costa, que protestan por su excarcelación, precisamente hoy que se defiende los Derechos Humanos y la violencia en contra de las mujeres.
Así son los comunistas, odian y odian, y, por supuesto, ¡También odian!
