Los habitantes de una pequeña localidad en Cajamarca han participado en una auténtica ‘caza de brujas’, lanzada contra los murciélagos.
Armados con antorchas, los residentes del pueblo de Culden, en Cajamarca, se dirigieron a la cueva de los murciélagos para matarlos. Creían equivocadamente que estos animales son los verdaderos responsables de la expansión del coronavirus. Este pensamiento erróneo se arraigó en la mente de muchas personas debido al rumor de que la primera persona que se infectó con el SARS-CoV-2. Este lo hizo tras haber comido una sopa de murciélagos.
Como resultado a dicho acto, unos 300 especímenes murieron a raíz del ataque colectivo y unos 200 fueron rescatados por el personal del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). Tras asegurarse que los supervivientes del ataque estaban en buen estado de salud, los integrantes de estas organizaciones los soltaron en otra cueva. Esta estaba más alejada.
»¡Los murciélagos son aliados en la conservación de nuestros bosques!«, advirtió el Serfor a través de un comunicado publicado en Twitter para prevenir ataques parecidos que puedan suceder en el futuro.
Los murciélagos no son los enemigos de los humanos. El 71% de estas especies se alimenta de insectos que causan daño a la agricultura y a los humanos, explicó Jessica Gálvez-Durand Besnard, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor, citada por los medios locales.
«Lamentablemente, los murciélagos tienen mala fama. A veces los seres humanos estigmatizamos algunas especies de fauna y esto los han llevado casi a su extinción, como los lobos en Europa«, explicó la funcionaria peruana a la agencia EFE.