El Gobierno peruano impuso al embajador de Emiratos Árabes Unidos en Lima, Mohamed Abdulla Ali Khater Alshamsi, la condecoración de la orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz.
La distinción fue entregada al representante de Emiratos Árabes Unidos en Perú por el ministro de Relaciones Exteriores, Javier González-Olaechea.
El otorgamiento de esta condecoración al embajador se realiza ante la culminación de sus labores en nuestro país.
Durante la ceremonia, el canciller resaltó que esta condecoración refleja el agradecimiento del Perú al embajador de los Emiratos Árabes Unidos y resaltó que en sus casi tres años de representación se lograron máximos históricos en la relación bilateral.
El fortalecimiento de nuestra relación se evidencia en la suscripción del Acuerdo de Servicios Aéreos, la celebración del Mecanismo de Consultas Políticas, la pronta apertura de nuestra embajada en ese país y la cooperación de Emiratos Árabes Unidos durante la pandemia del covid-19, entre otros.
A la ceremonia también asistió el titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), Juan Carlos Mathews.
Durante su discurso, Mohamed Abdulla destacó sus 3 años de misión en Perú.
“En el 2010 tuve el honor de visitar el Perú por primera vez, en ese entonces, tuve el deseo de volver como Embajador de los EAU. 10 años después, mi deseo se cumplió, y llegue al Perú en el 2020 siendo Embajador de EAU en Perú por 3 años”, dijo.
Agregó que “en estos 3 años, nuestros países han logrado fortalecer sus relaciones ampliando sus horizontes. Destacamos la firma del Acuerdo de Servicios Aéreos, la exitosa participación del Perú en la Expo Dubai 2020 donde el pabellón peruano fue elegido como el mejor y ganó el premio World Expo Awards y la excepcional participación del Perú en la COP28, y hemos recibido la grata comunicación de la Cancillería peruana informando sobre la apertura de la Embajada peruana en Abu Dhabi, lo cual nos llena de alegría”.
Asimismo, indicó, hemos sido partícipes de llevar ayuda a los afectados por desastres naturales y a los niños y poblaciones vulnerables en diferentes regiones del país. Uno de los recuerdos que llevaré siempre en mi memoria es la sonrisa dibujada en los rostros de los niños al recibir nuestro grano de arena, aportando de este modo a su felicidad.