Los centristas de Italia Viva también condenaron el incidente
Un caos se desató en el Congreso italiano cuando una pelea entre diputados dejó a dos personas heridas, incluida una autoridad de la Cámara. El incidente ocurrió durante el acalorado debate sobre el proyecto de ley de autonomía diferenciada promovido por la Liga Norte. La jornada estuvo marcada por intensas protestas de la oposición, que exhibió pancartas, cantó himnos nacionales y antifascistas, y ondeó banderas tricolores en un intento por frenar la reforma.
El conflicto físico estalló al final del día cuando Leonardo Donno, diputado del Movimiento 5 Estrellas (M5S), fue agredido por Igor Iezzi de la Liga. Donno, que estaba en plena protesta, terminó desplomado y tuvo que ser sacado de la Cámara en una silla de ruedas. Según Donno, recibió múltiples patadas y puñetazos de varios diputados de la Liga y Hermanos de Italia (FdI), lo que le causó graves dificultades para respirar y requirió atención médica urgente.
Donno relató que fue golpeado en el esternón, lo que le dejó sin aliento y le hizo temer por su vida. «Me tuvieron que hacer un electrocardiograma siete u ocho veces», declaró. Asegura que denunciará los hechos, describiéndolos como un «ataque de escuadrón». Los vídeos del altercado muestran claramente los golpes y el cerco formado por los diputados de la Liga y FdI.
Por otro lado, la Liga Norte niega las acusaciones y sostiene que fue Donno quien provocó el altercado al intentar acercarse al ministro de Asuntos Regionales y Autonomías, Roberto Calderoli, con una bandera tricolor. Según los miembros de la Liga, Donno fue el agresor y su comportamiento justificó la expulsión ordenada por el presidente de la Cámara, Lorenzo Fontana.
Nicola Fratoianni, de Alianza de los Verdes y la Izquierda (Avs), fue uno de los primeros en describir el episodio, señalando que Iezzi golpeó repetidamente a Donno en la cabeza, haciéndolo caer al suelo. El incidente no solo dejó herido a Donno, sino también a un ujier que intentó intervenir para restaurar el orden.
El presidente del M5S, Giuseppe Conte, calificó el ataque de «muy grave y vergonzoso» y exigió medidas inmediatas contra los responsables. «Esto es escuadrismo perpetrado dentro de las instituciones», afirmó Conte, criticando la violencia y defendiendo la integridad del proceso democrático.
Los centristas de Italia Viva también condenaron el incidente, describiéndolo como «escenas aterradoras dignas de una pelea de salón». Sin embargo, desde la Liga y FdI, figuras como Massimo Bitonci y Federico Mollicone minimizaron el incidente, alegando que se trató de empujones y que Donno fue el provocador.
El ambiente en la Cámara se volvió insostenible, con varios diputados expulsados y constantes interrupciones. Elly Schlein, presente en la sesión, denunció la creciente violencia verbal y física que hacía imposible continuar con el trabajo legislativo.
El secretario del Partido Demócrata recordó que estos episodios no deben repetirse, especialmente cerca del centenario del asesinato de Giacomo Matteotti, una figura histórica del antifascismo. Andrea Orlando, por su parte, condenó la violencia extrema, afirmando que nunca había visto algo similar en el Parlamento.
La mayoría parlamentaria, sin embargo, cerró filas. Riccardo Molinari, presidente del grupo Lega, calificó el incidente como parte de la «dinámica parlamentaria», mientras Tommaso Foti de FdI sugirió que la oposición busca desestabilizar al gobierno de Giorgia Meloni de cara al próximo G-7.
Este episodio subraya la creciente tensión en la política italiana y la polarización extrema que amenaza con desbordar los límites del debate democrático, poniendo en riesgo la integridad de las instituciones y la seguridad de sus miembros.
