Manifestantes chilenos incendiaron un autobús y sostuvieron enfrentamientos con las fuerzas del , a lo que se añadió la denuncia de ciudadanos y políticos por el presunto uso de sustancias químicas en el agua que la Policía arroja para dispersar a los manifestantes.
El color amarillo del agua que arrojaba la Policía, según se apreció en algunos vídeos, despertó las suspicacias sobre si se estaría mezclando con algún producto químico.
Las imágenes de un autobús quemándose en las cercanías de la plaza, renombrada por los manifestantes plaza de la Dignidad, y duros enfrentamientos entre manifestantes y la policía, contrastaron con el clima festivo que se vive en otros puntos de la protesta a la que se sumaron miles de personas.
Previamente, durante la semana, incidentes impidieron que estudiantes de algunos colegios se presentaran a las jornadas de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), el examen único de admisión a las universidades chilenas.
El movimiento estudiantil llamó a boicotear la prueba al estimar que profundiza la discriminación dentro del sistema educativo. Además se filtró la prueba de Ciencias Sociales, por lo que las autoridades suspendieron su aplicación a los casi 300,000 estudiantes que debían tomarla.
La demanda de cambios al sistema de pensiones, educativo, sanitario y la aplicación de una reforma de la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) son la columna vertebral de un movimiento social que, sin líderes, se mantiene en pie.