El estudio “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?”, se presentará en noviembre en Lima
VÍCTOR ALVARADO
La IV Revolución Industrial en marcha en el mundo, marcado el crecimiento imparable de la inteligencia artificial y el ingreso masivo de los robots a los industrias, amenaza con dejar sin empleo a millones de personas, en particular a un sector conocido como los “ninis”, un neologismo creado para significar el drama de por lo menos 20 millones de jóvenes de América Latina y El Caribe, con menor preparación, que no estudian ni trabajan.
Por tratarse de un sector numeroso en la región latinoamericana, al que habría que crearle salidas efectivas de ocupación, los investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Rafael Novella y Andrea Repetto, al frente de una investigación conjunta con el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá, la Fundación Espacio Público (Chile) y Young Lives, de la Universidad de Oxford, han llegado a conclusiones novedosas.
El estudio que han liderado lleva el título de “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?”, verá la luz el próximo mes de noviembre en Lima y según Novella y Repetto responde a las pregunta: ¿Quiénes son y qué hacen los “ninis”? y ¿Cómo podemos integrarlos de forma productiva en la sociedad si no estudian ni trabajan?
Qué hacen los “ninis”
Los equipos de investigación, refieren Novella y Repetto, han encuestado a más de 15.000 jóvenes “ninis” de entre 15 y 24 años de nueve países (Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay), en el entendido de que forman parte de la próxima generación que copará el mercado laboral de la región, y de los cuáles, uno de cada cinco consultados es “nini”, es decir, literalmente “no estudian ni trabajan”.
Sin embargo, continúan Novella y Repetto, dentro de este grupo, un 40% se encuentra en realidad buscando trabajo (principalmente varones) y más de la mitad, un 57%, en su mayoría mujeres, se dedica a labores asistenciales en calidad de niñeras o a cargo de personas de la tercera edad o en la administración de tareas domésticas o caseras, lo que traduce que la mayoría de los “ninis” no son ociosos, sino que realizan otras actividades productivas.
Novella y Repetto destacan que con la intención de ver qué tan bien equipada está la nueva generación ante los desafíos de esta IV Revolución Industrial que penetra todas las actividades, han realizado una medición de sus habilidades, concretamente de las cognitivas (comprensión lectora, capacidad de resolver problemas matemáticos…), socioemocionales (como la autoeficacia, la perseverancia o la autoestima) y técnicas.
Investigación
Los resultados de estas mediciones, reconocen, no son alentadores, pues han podido constatar en las habilidades cognitivas, que menos del 60% de los encuestados es capaz de realizar correctamente cálculos matemáticos muy sencillos, útiles para la vida diaria, como repartir una cantidad de dinero en partes iguales entre cinco personas, y respecto a la fluidez del inglés o el manejo de dispositivos tecnológicos, el nivel promedio encontrado es preocupante.
En el caso de las habilidades socioemocionales, advierten que estas están normalmente muy valoradas por los empleadores de la región, el resultado es, por lo general, mucho más positivo.
Los investigadores con su estudio “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?”, en base a sus hallazgos, recomiendan a los gobiernos para que desarrollen políticas públicas efectivas, en beneficio de estos “ninis”, como la formación de habilidades, orientación e intermediación laboral, lo que ocurrirá en un terreno abonado por indudables mejorías socioeconómicas ocurridas en los últimos 15 años.
Desafíos
Esto último, remarcan, alude al “Índice de Mejores Trabajos”, en la región, elaborado por el BID, en el que se demuestran indicadores de bienestar clave, como la pobreza (disminuyó un 46%) y la desigualdad (cayó un 11%).
En el marco del estudio “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?, advierten que los desafíos persisten y que en la hora presente los jóvenes de la región muestran indicadores laborales mucho más precarios que los adultos.
“Ante la amenaza de que estos desfases se agraven por la adopción masiva de nuevas tecnologías, resulta muy valioso entender qué factores influyen en las decisiones entre educación y trabajo (solo trabajar, solo estudiar o combinar estudio y trabajo) en una etapa crítica de sus vidas como es la juventud”, concluyeron.