Por la segunda ola de la COVID-19 no llegaremos al 10% del PBI para el 2021, según lo proyectado por el Ministerio de Economía, por la cuarentena implementada se proyecta 7.0% o menos.
El ministro Waldo Mendoza debe decirnos, como llegaremos a julio cuando asuma funciones el nuevo gobierno.
La actividad económica sigue reducida, hay disminución del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios, generando el despido de trabajadores y aumento del desempleo.
En el panorama económico hay dos niveles. En la macroeconomía el gasto se ha reducido por el deterioro de los balances de empresas y hogares, las quiebras vienen destruyendo el capital organizacional e informacional, y hay una conducta de previsión por la incertidumbre respecto del aumento de la pandemia y la respuesta del gobierno.
En la microeconomía el virus actúa como un impuesto a las actividades que tienen contacto humano cercano e impulsará cambios en las pautas de consumo y producción, que provocarán una transformación estructural.
El Premio Nobel de Economía 2015, economista Angus Deaton, dice que la pandemia de la covid-19 tendrá consecuencias en las desigualdades preexistentes. Recomienda la reforma integral del sistema de salud y disminuir las empresas oligopólicas, porque marcan el camino para que el PBI sea redistribuido hacia los capitalistas.
El MEF se ha manejado dando preferencia a la gestión financiera y austeridad, aplicando una política de cajeros del tesoro público y de baja inflación dejando de lado el bienestar de la ciudadanía, sin proponer que hacer para el futuro.
El desafío del ministro Mendoza, es ¿que hacer frente a la pandemia?
Se sugiere, que en las medidas para recuperar la economía se aumente el gasto hasta que la demanda del sector privado y el empleo vuelvan a tasas de crecimiento favorables.
La política macroeconómica debe contener un gasto fiscal agresivo con una inversión pública significativa, y apoyo de asistencia social a trabajadores, empresas y otros agentes económicos afectados.
Se debe aplicar lo que sostiene Esther Duflo, Premio Nobel en Economía 2019 “que los gobiernos hagan transferencias directas de efectivo a los individuos”.
“Ayudar a las personas a mantenerse económicamente y mejorar las condiciones de salud; tienen que ir de la mano. Porque si no se asegura a la gente que podrán comer en el futuro, será imposible que se queden en casa”.
Actualmente, existe el riesgo de que una acción fiscal lenta aumente el alto nivel de contagio. El gobierno debe dar una señal clara de que la preocupación de por la salud pública es lo primero.
El Premio Novel Joseph Stiglitz dice: En el mundo «no habrá recuperación económica hasta que no salgamos de la pandemia», afirma que «la segunda ola de la covid-19 será peor y hará difícil la recuperación».
Se debe encarar la emergencia sanitaria (garantizar un suministro adecuado de equipos de protección personal y capacidad hospitalaria), porque no habrá recuperación económica hasta que se haya contenido el virus.
El académico Waldo Mendoza debe tener cuidado, una cosa son los libros y la macroeconomía y otra es la capacidad gerencial de formular políticas que se ejecuten realmente con impactos favorables.
(*) Economista
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