Luego de que Estados Unidos y Corea del Sur lanzaran maniobras preliminares a inicios de semana
Corea del Norte disparó dos misiles de crucero este miércoles 17 de agosto hacia el Mar Amarillo, entre China y Corea, desde Onchon, en la provincia norcoreana de Pyongan del sur, siendo la primera prueba de armas desde hace varias semanas, así lo indicó el ministerio surcoreano de Defensa.
«Esta mañana temprano, detectamos que Corea del Norte disparó dos misiles de crucero hacia el Mar del Oeste (Mar Amarillo) desde Onchon, en la provincia de Pyongan del Sur», sostuvo a la AFP un funcionario del ministerio.
Dos días después de que el presidente surcoreano propusiera un programa de ayudas económicas al régimen de Pyongyang a cambio de su desnuclearización, ocurre el lanzamiento de los dos misiles de crucero, coincidiendo con los 100 días de la toma de posesión del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol.
Este es el cuarto disparo desde la toma de posesión del Gobierno de Yoon. Además, sería la primera vez en desde el 5 de junio que Corea del Norte realiza un lanzamiento de un misil balístico.
«Las autoridades militares de Estados Unidos y Corea del Sur están analizando los detalles, como la distancia de vuelo», agregó.
La agencia de prensa surcoreana Yonhap mencionó que Corea del Norte no había probado misiles de cruceros desde enero. Además, este armamento está vetado en el país por las sanciones de las Naciones Unidas. La última prueba armamentística fue el 10 de julio, cuando dispararon lo que parecían lanzacohetes.
Durante lo que va del 2022, Corea del Norte ha desplegado una amplia cantidad de ensayos militares, entre los que se encuentra el lanzamiento a pleno alcance del primer misil balístico intercontinental desde 2017.
Del otro lado, Estados Unidos y Corea del Sur han advertido muchas veces que la “corea comunista” prepara el séptimo test nuclear de su historia.
Los ejércitos de ambos países lanzaron a inicios de esta semana unas maniobras preliminares antes de empezar un importante ejercicio militar. Al parecer estas prácticas habrían enfurecido a Pyongyang, que las ve como un ensayo para una invasión.