La inteligencia surcoreana informa que, desde diciembre, parte de los 11 000 militares norcoreanos desplegados en Kursk han estado en combate, resultando en numerosas bajas y heridos.
La Agencia Nacional de Inteligencia de Corea del Sur (NIS, por sus siglas en inglés) informó este jueves que cerca de 100 soldados norcoreanos han fallecido en enfrentamientos en Ucrania, mientras que más de 1 000 han resultado heridos. Estas cifras reflejan las consecuencias del despliegue de tropas norcoreanas en la región de Kursk, fronteriza con Ucrania, según lo comunicado en una sesión del comité de inteligencia del Parlamento surcoreano.
El diputado Lee Seong-kwon, del Partido del Poder Popular, señaló que, según el NIS, los soldados norcoreanos comenzaron a entrar en combate en diciembre. Las altas bajas reportadas se atribuyen a que estas tropas son utilizadas como fuerzas de asalto en terrenos desconocidos y bajo condiciones adversas, como ataques con drones, para los cuales carecen de preparación adecuada.
El NIS también indicó que, desde el pasado octubre, Corea del Norte ha enviado a aproximadamente 11 000 militares a las regiones de Kursk y posiblemente Briansk. Estas zonas han sido escenario de enfrentamientos estratégicos, incluyendo una incursión de las tropas ucranianas durante el verano.
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La inteligencia ucraniana había informado previamente que, hasta mediados de diciembre, unas 200 bajas, entre muertos y heridos, habían sido registradas entre las fuerzas combinadas rusas y norcoreanas en Kursk. Fotografías publicadas por Kiev muestran lo que serían docenas de soldados norcoreanos muertos tras un ataque repelido por las fuerzas ucranianas.
Corea del Norte, además de movilizar tropas, ha transferido una cantidad significativa de armas a Rusia, como misiles y artillería, desde el inicio del conflicto. Este intercambio se ampara en un acuerdo estratégico firmado por ambos países, comprometiéndose a asistencia mutua en caso de ataque militar.
La participación norcoreana en el frente ucraniano subraya la creciente alianza entre Pyongyang y Moscú, mientras Ucrania y Occidente observan con atención el impacto de estas acciones en el desarrollo del conflicto.