La medición de pobreza monetaria y extrema se realiza con el indicador del gasto porque se aproxima a la cuantificación de los niveles de vida poblacional.
El Perú habría registrado una reducción de aproximadamente un punto porcentual en su tasa de pobreza monetaria durante el año pasado, según estimaciones de Credicorp Capital. Este resultado estaría impulsado por el crecimiento económico del 3.2% registrado en el 2024, que generó condiciones favorables para la mejora de los ingresos de la población.
El crecimiento sostenido de la economía peruana, acompañado por sectores clave como minería, agroexportación y servicios, habría sido determinante para reducir los niveles de pobreza. De acuerdo con Credicorp Capital, esta disminución refleja los efectos positivos de una mayor actividad económica y el dinamismo del mercado laboral.
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“Recordemos que la pobreza en el 2023 subió alrededor de 1.5 puntos porcentuales, así que no descartamos que se revierta buena parte de esa tendencia en el 2024”, señaló el economista jefe de Credicorp Capital, Daniel Velandia.
“Es bastante factible, entre otras cosas, porque el crecimiento fue relativamente elevado y veníamos de una contracción de la economía el 2023. Incluso, que se ha revertido completamente no es descartable, es decir, que volvamos a los niveles que teníamos en el 2022”, agregó.
Evolución
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la pobreza monetaria afectó al 29% de la población del Perú en el 2023, con lo cual aumentó en 1.5 puntos porcentuales respecto al 2022 (27.5%).
“Seguramente el año pasado vimos la detención del efecto negativo de la pobreza reportada durante el 2023, por la recesión [la economía peruana cayó 0.55% en el 2023]”, indicó el economista.
La pobreza monetaria es un indicador que mide el porcentaje de la población que tiene ingresos o consumo per capita inferiores al costo de una canasta básica de consumo.
Durante la conferencia online Perspectivas y proyecciones económicas para el 2025, Velandia consideró que hay un consenso entre economistas y analistas de que una reducción más importante de la pobreza y las brechas sociales en el Perú requiere de tasas de crecimiento más elevadas.
