Desde 1953, el 1 de octubre marca el Día del Periodista en Perú, en honor al Diario de Lima y a Jaime Bausate y Meza
El Día del Periodista en Perú está estrechamente ligado a la contribución de Jaime Bausate y Meza, un español que llegó al país a la edad de 25 años, durante el virreinato.
Francisco Antonio Cavello y Meza, su nombre real, arribó en abril de 1790 y de inmediato se dedicó a «la laboriosa tarea de editar un diario noticioso, curioso, erudito, económico, político y comercial…», similar al que existía en Madrid.
El virrey de entonces, Don Francisco Gil de Taboada y Lemos, autorizó a su compatriota a llevar a cabo este proyecto. Se dice que incluso le proporcionó un respaldo económico para iniciar la empresa.
En menos de 6 meses, el primer número del Diario de Lima vio la luz el 1 de octubre de 1790. Aunque Francisco Antonio Cavello y Meza era el director del medio, no se presentó como tal, sino que adoptó el seudónimo de Jaime Bausate y Meza.
Jaime Bausate y Meza y su impacto en el Diario de Lima
Según la publicación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, Argentina, el virrey Gil de Taboada y Lemos respaldó este periódico debido a sus inquietudes intelectuales. El Diario de Lima fue pionero en mantener una secuencia constante de ediciones que abarcaban noticias, curiosidades, textos educativos, anuncios comerciales, actividades mineras, asuntos eclesiásticos y movimientos de barcos.
La estrategia de ventas estaba bien establecida. Los líderes de influencia recibían la edición del día como obsequio, mientras que los envíos al interior del país se realizaban por correo y a los suscriptores se les entregaba en sus domicilios, ofreciéndoles la opción de encuadernar las ediciones sin costo adicional.
Había múltiples puntos de venta en la ciudad, incluyendo la Plaza Mayor, el edificio de la Inquisición, San Juan de Dios y las Nazarenas. Además, se ofrecían suscripciones mensuales por quince reales.
El Diario de Lima también estaba atento a su audiencia a través de buzones distribuidos en varios puntos de la ciudad, donde la gente depositaba sus inquietudes o anuncios comerciales. Incluso contaba con una redactora que usaba el seudónimo «reformadora limeña» y escribía sobre temas femeninos.
El periódico solía constar de cuatro páginas, aunque en ocasiones tenía ocho, y llegaba a varias ciudades como el Callao, Cusco, Ica, Ayacucho, Moquegua, Pasco, Tacna, Trujillo e incluso el Alto Perú, hoy Bolivia.
La investigación de la Universidad de Santa Fe indica que Jaime Bausate y Meza enfrentó problemas con el virrey, quien en una carta a la Real Audiencia expresó que el director del diario «no tiene la instrucción respectiva para que la obra saliese a la perfección que debía, por cuya causa ha decaído y ya no se costea, será preciso que la abandone como lo espero en muy breve…».
Fue entonces cuando Bausate y Meza decidió regresar a su país a través de Buenos Aires, dejando el diario el 31 de octubre de 1792. En su lugar quedó Martín Saldaña, quien mantuvo la publicación hasta el 26 de septiembre de 1793.
En total, se publicaron 249 ediciones y el periódico estuvo en circulación por casi tres años.
Por todo el impacto que representó el Diario de Lima, en 1953, a través del Decreto Supremo 2521, se estableció el 1 de octubre como el Día del Periodista Peruano.
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