Ante un desprendimiento de retina, el tiempo es el factor más importante para encontrar una mejor recuperación visual.
Los desprendimientos de retina en niños son poco frecuentes, pero suelen incrementarse en fiestas de fin de año y, de no ser atendidos a tiempo podrían ocasionar daños irreversibles, así lo afirmó el Dr. Carlos Dulanto Reynoso, oftalmólogo con especialidad en retina y retina pediátrica del Hospital Nacional Guillermo Almenara de EsSalud
“Los desprendimientos de retina pueden ocasionar la pérdida visual absoluta e irreversible, están asociados a golpes o traumatismos, que generalmente ocurren durante los momentos de juego, donde manipulan juguetes peligrosos, luminosos y coloridos, como las pistolas, pelotas saltarinas, mazos o bates, que son un peligro al igual que los objetos punzo cortantes o contundentes, con los que el niño se puede golpear el ojo”, señaló el especialista.
¿Qué debemos hacer?
El primer consejo es la prevención. Lo primero que debemos hacer, para evitar daños al ojo de un niño, es no regalarles juguetes peligrosos como pistolas con balines o cualquier otro que pueda ser punzante o eyectable, ya que el impacto contra el globo ocular podría producir el desprendimiento de retina.
La mayoría de los casos de desprendimientos de retina en niños, se dan por traumatismos por caídas o punzadas con cuchillos, tijeras o clavos. Ahora que se acercan las fiestas navideñas debemos evitar también que manipulen fuegos artificiales, para evitar lesiones a la vista.
Si el accidente ya se produjo, la primera indicación es no tocar el área afectada, llevarlo inmediatamente a un centro de salud o a un hospital por emergencia, para que sea atendido de manera oportuna y evitar consecuencias devastadoras para la visión del niño.
El Dr. Dulanto explica que lo primero que va a llamar la atención, es que el niño se puede estar sobando el ojito, para tratar de ver mejor. Si ha tenido un traumatismo muy fuerte, podrá evidenciarse un corte o sangre en el ojo, lo cual puede hacer que vea borroso o puede mantener el ojo cerrado.
Se sugiere que el triaje lo haga un oftalmólogo y un pediatra para un mejor diagnóstico. Si existe un compromiso de retina, el paciente deberá ser derivado a una institución de mayor capacidad resolutiva como el hospital Almenara, para que lo evalúe un retinólogo, quien realizará los exámenes necesarios para luego programar una cirugía.