Por: Martín Belaunde Moreyra
Escribo esta columna cuando el equipo ruso acaba de vencer a España por el score de 4 a 3 obtenido mediante penales. No sabemos si Rusia logrará el campeonato mundial de fútbol, pero de algo si estamos convencidos, Rusia es un país en ascenso. El Mundial ha sido un evento extraordinariamente exitoso para el Presidente Putin, que lo coloca en una posición de privilegio para hablar de igual a igual con Donald Trump, en la cumbre que se realizará el próximo 16de julio en Helsinki. Comencemos por la sede del encuentro, ubicada a muy corta distancia de San Petersburgo, la anteriorcapital de Rusia bajo los Romanov y a dos horas de vuelo de Moscú, latradicional sede de Rusia. Trump en cambio tendrá que cruzar el Atlántico y tres cuartas partes del territorio europeo para dialogar con Putin, aunque para la fecha de la cumbre Trump ya estará en Europa por la reunión de la OTAN. Si medimos la cumbre por millas de desplazamiento Putin será el que menos viaje. En realidad se está dando una vuelta por su barrio, porque él nació en San Petersburgo y Helsinki hasta 1918 fue parte del imperio ruso.
¿Qué temas pendientes hay entre los Estados Unidos y Rusia? Existen varios y particularmente uno que molesta muchísimo a Trump, la investigación del FBI que su candidatura en el año 2016 tuvo la ayuda de Rusia con la colaboración de gente muy cercana a él, entre ellos su yerno Jared Kushner. Trump por supuesto ha negado toda relación con Rusia en este aspecto y demás está decir que Putin en ese tema hace mutis por el foro. Es una extraña colusión entre dos personas de temperamento autoritario que además son hostiles a la prensa libre. Sin embargo, tienen un talante que los aproxima. Putin es el hombre fuerte de Rusia y la viene gobernando desde 1999 así fuere bajo formas presuntamente democráticas sustentadas en elecciones periódicas. La llegada de Trump al poder proviene de su discutida elección en noviembre del 2016, en la cual perdió la votación popular, pero ganó en los votos electorales al haberse impuesto en estados claves. Tienen en común una marcada inclinación hacia el poder absoluto. Hasta ahí las semejanzas.
¿Dónde residen sus diferencias? Citemos dos casos emblemáticos Siria y Ucrania. En Siria Rusia y Estados Unidos apoyan causas distintas. Rusia sostiene el gobierno de Bashar al Assad sin cuyo apoyo probablemente habría sido derrocado. Estados Unidos ayuda a un sector de los rebeldes y ha bombardeado las instalaciones donde el gobierno sirio produciría armas químicas. ¿Qué espacio hay para un acuerdo? A primera vista muy poco. Pasemos a Ucrania aliado delos Estados Unidos que ha sufrido la anexión de Crimea. Es improbable que los rusos se retiren de Crimea y que Estados Unidos y la Unión Europea dejen sin efecto las sanciones económicas contra Rusia a raíz de esa anexión. Encuentro muy difícil que Estados Unidos reconozca la anexión de Crimea y más difícil aún que Rusia la devuelva a Ucrania. De lo que se desprende que en la cumbre de Helsinki ambos líderes deberán buscar otras áreas de colaboración para que el encuentro tenga éxito. Corea podría ser una de ellas.