En Gold Switzerland, Matthew Piepenburg trae a colación a Humpty Dumpty, un huevo antropomórfico de origen inglés y que se ha usado para cuentos de niños y al sufrir una gran caída, «todos los caballos del rey y todos los hombres del rey no pudieron volver a juntarlo».
Ve un destino similar para el huevo de la deuda de Estados Unidos, cuyos signos de ruptura empiezan en septiembre del 2019, cuando hay problemas de bancos y los mercados de repos se dispararon de la noche a la mañana, lo que llevó al tío Fed, a ser el prestamista de último recurso para sus pequeños sobrinos bancarios mimados por miles de millones.
Por ello y más cosas, Estados Unidos no solo votó más allá de su techo de deuda de U$ 31.4 trillones, sino que suspendió ese techo por completo y por ende va a pedir prestado y gastar sin límite hasta el 2025.
El huevo de la deuda está engordando cada vez más, y tambaleándose. El problema a la solución es artificial y de dónde vendrá la liquidez tan necesaria para mantener vivo a Humpty Dumpty.
Y señala que cada vez que Powell acapara los titulares por «ajustar» la liquidez, la Cuenta General del Tesoro (TGA), silenciosamente proporciona más de lo mismo.
Sugiere que el problema a es de dónde saldrá esa nueva inyección de dólares y no cree que las letras del tesoro se compren con el programa de repos inversos de la Fed; Bancos cansados de UST (bonos del tesoro) o fondos del mercado monetario.
Dice que Yellen prefiere Treasury Bills a corto plazo, pues parece que todavía está bajo la ilusión de que el mercado de UST en general, y el mercado de T-Bill de EE.UU. en particular, es el pagaré más seguro, más querido y, por lo tanto, más líquido del mundo.
El analista señala que parece que no ve como terceros se han ido en pos del metal oro. El cáncer de deuda del Tío Sam, es simplemente demasiado fatal para curarlo con bonos de mayor duración, o en algún momento, con cualquier bono.
Los T-Bills/pagarés a los niveles necesarios para amortiguar la caída de Humpty Dumpty a juicio del analista sólo podrán ser comprados por la FED.
Y allí explica su preferencia por el oro. La llamada «roca mascota» (de la cual los bancos centrales acaban de comprar más de 1100 toneladas en 2022) sirve como una constante mientras el US$ corre y se dispersa sobre el repo, el eurodólar y los mercados de derivados en una locura compleja y a menudo sexy que oculta el hecho de que es solo un jugador en un juego familiar y perdedor en el que todo el dinero fiduciario vuelve a su media cero.
Y de allí alude a la fábula de los 3 chanchitos y el acecho del lobo con ellos, pues siempre habrá quienes prefieran construir sus casas de paja y barro para tener más tiempo para disfrutar de la seductora llamada de las crecientes burbujas de activos y las bromas de rock de mascotas.
Pero pronto, el lobo de la deuda se pondrá, estirará y rodará su poderoso cuello. Trotará lentamente, luego cantor y finalmente galopará hacia las chozas de paja y barro, y «resoplará, y soplará y luego volará esas casas y a Humpty Dumpty)».
Sin embargo, el cerdito que construyó su casa financiera de ladrillos en lugar de paja se parece mucho a esas pocas naciones, empresas e individuos (el 0,5%) que han estado comprando oro físico en silencio. Ver el post: https://goldswitzerland.com/stories-for-children-the-us-economic-fairytale/