Se refleja una vuelta a las cifras de 2019, aunque se registran menos denuncias que antes de que irrumpiera el virus.
De 2013 a 2019, el número de denuncias por violencia de género en España aumenta año tras año. El crecimiento es claramente negativo, pero los expertos siempre señalan que si bien es imposible decir si aumenta la violencia, las denuncias o ambas a diferentes ritmos, nada es seguro. Estas denuncias, basadas en la identificación y exhibición de violencia, van en aumento.
Este matiz es muy importante y activo en la erradicación de este problema de salud pública. Con la pandemia, sin embargo, esta tendencia se ha roto: en 2020 hubo 150.785 denuncias, casi 18.000 menos que el año anterior. Ahora, el informe anual de la Comisión Mixta de Justicia (CGPJ) del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y las cifras de 2021 difundidas este viernes vuelven a reflejar el aumento de 162.848, aunque no tan elevado como tres números cuatro o cinco hace unos años. ¿Es esta prioridad que parece una noticia buena o real? ¿La violencia disminuye o sigue siendo una consecuencia de una pandemia? Los expertos eligen lo segundo.
El año que llegó el COVID, estaba almacenando estadísticas, fue una transformación estadística, tres tiempos finales estrictos cambiaron datos violentos en Macho y, mientras que los asesinos cayeron en la historia del calendario de Minimas durante este período, y las quejas han bajado, las conexiones aumentan. 016, entonces los profesionales judiciales creen el extenso control de los invasores relacionados con la víctima en cuarentena, también como la complejidad de los movimientos en parejas en efectivo, explicó la reducción de los delitos.
Lucía Avilés, fundadora de la Asociación de Jueces y Jueces, cree que este nuevo número crece sin llegar a los niveles previos a la pandemia, argumentando que hay que analizar muchos aspectos diferentes: «Por ejemplo, si los hay, la correlación entre puestos de trabajo y la economía, la amenaza de una pandemia que tiene el potencial de romper el ciclo de la violencia, o si el control de la violencia es una de las formas de violencia que observamos durante una pandemia, pero porque sus acciones dificultan que las víctimas se identifiquen como violentas y pasar desapercibido.»
Gloria Poyatos, directora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces (IAWJ) para Europa, África del Norte y Medio Oriente, apunta a una dirección financiera similar. Dijo que, si bien «es difícil responder, la reducción del número de reclamaciones también podría verse afectada por la crisis actual, que arrastra la epidemia», porque «mucha gente sigue en ERTE o en su caso de terminación de contrato». empleo después del desempleo, en efecto, esto significa que prolongará el impacto de la pandemia. ‘ más hacia sus víctimas desde el hogar y obligados a condenar y mantenerse alejados. La crisis también puede afectar directamente a las víctimas después de perder. Antes de comenzar a trabajar, pierden su independencia y seguridad financiera”.
