Colombia fue el último territorio en legalizar el aborto.
El delito por interrupción del embarazo, con penas de penitenciaría, estaba presente en el Código Penal de Colombia a partir de 1837. Unas 400 féminas son procesadas todos los años por interrumpir su gestación y millares se ven abocadas a presentarse a clínicas ilegales con grandes peligros para su salud. La Corte Constitucional acordó el pasado lunes despenalizarlo hasta la semana 24 de gestación como contestación a una demanda de la agrupación de empresas Causa Justa. El fallo sitúa ahora a Colombia como uno de las naciones con uno de los plazos más amplios, con territorios como Holanda, Canadá, Reino Unido o Estados como Nueva York. La sentencia ha sido tan celebrada por el desplazamiento feminista y otros sectores como criticada por empresas provida o conservadoras. Inclusive el mandatario de territorio, Iván Duque, equiparó la elección a “una medida anticonceptiva”. A lo largo de la clara polarización legrado sí o no, emergió un segundo debate: ¿por qué 24 semanas?
Laura Gil es ginecóloga y cofundadora del Conjunto Doctor por el Derecho a Dictaminar, incluido en Causa Justa. Anterior a exponer su demanda frente a la Corte en Colombia, el conjunto doctor analizó todos los plazos sobre el legrado que hay en los diferentes territorios. A partir del Estado de Texas, que contempla 6 semanas, hasta las 12 de Uruguay o las 14 española y Alemania, por tomar diversos ejemplos. “Hay toda clase de plazos y ninguno obedece a ningún criterio objetivo, doctor o científico. La semana 24 sí tiene un criterio objetivo. En la actualidad, con tecnología avanzada, un bebe que nazca a las 24 semanas puede ser salvado”, examina Gil el criterio que adoptó la Corte. Es el mismo planteamiento que siguieron años Anteriormente otros territorios como Holanda o Reino Unido. Para la médica, los plazos tan diversos responden a negociaciones políticas, que acaban fijando un “número al azar, hasta que las piezas anti y pro se sienten cómodas” para sacar una ley adelante.
Hace ya 12 años que en España se aprobó la ley del legrado, en la que se fijó la semana 14. Francisca García, presidenta de la Sociedad de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI), comparte la tesis de su homóloga de Colombia. “Se estableció [la 14] por una cuestión aleatoria, se logró una ley que se pareciera al resto de las leyes europeas. No hubo un criterio de importancia como la viabilidad fetal, como sí hubo en Holanda”, explica por teléfono. La elección que adoptó el régimen en España se basó en las sugerencias de un comité de profesionales que, en un informe de 49 páginas, estudió los diferentes plazos y las leyes de las naciones de Europa para afirmar el derecho de las damas. La mayor parte de las naciones se ajustan a aquel primer trimestre del embarazo. En el archivo se recomendó la semana 14. “Nosotros proponíamos que la dama pudiera dictaminar hasta la 22-24 ya que no hay preguntas médicas para otro plazo, sino puramente políticas”, incide García.
La elección de la Corte de Colombia ha vuelto a alentar las posiciones de esos que piensan que legalizar el legrado hasta la semana 24 es ir bastante lejos. Un recorrido por las naciones que ya pusieron allí el plazo muestra que los abortos practicados cerca del límite son mínimos. En Reino Unido el legrado es en la práctica legal hasta la semana 24.