Diálogo muerto, monólogo vivo
Por: Phillip Butters
Al cierre de esta edición no se sabía del resultado de la reunión o de lo que pudieran haber tenido el presidente Martín Vizcarra y el presidente del Congreso, Pedro Olaechea, en el marco de la reunión de la Junta Nacional de Justicia o de quienes deben elegir a la JNJ porque esa huachafería es un engrudo inmasticable.
Supuestamente estuvieron ayer los titulares del Tribunal Constitucional, Poder Judicial, Fiscalía de la Nación y alguno que otro notable para sacar adelante ese mamarracho de la reforma política que se vio el año pasado.
Resulta clarísimo que la izquierda comunista, mal llamada “caviar” quiere elegir, a la hora de la hora, a los jueces y fiscales que hagan política y no justicia, tal como lo vienen haciendo los fiscales Vela Barba y Pérez hace buen tiempo.
Para no dar más señas, la propia Zoraida Ávalos le acaba de perdonar la vida al señor Cesar San Martín luego de escuchar audios que tienen un evidente contenido de tráfico de influencias que si lo hubiera tenido alguien que no fuera del bobo caviar ya lo hubiera fusilado.
Frente a las cámaras, Vizcarra le va a dar largonas al diálogo con Olaechea, que dicho sea de paso es muerto, ya que ha dicho que su posición es irreductible para el adelanto de elecciones. Así lo ha dicho el ingeniero Vicente Zeballos que obra de ministro de Justicia, porque abogado dudo que sea, y también la siempre vocinglera ministra de la Mujer, Gloria Montenegro, que ha repetido que es innegociable el adelanto de elecciones.
Si Vizcarra se quiere pelear, simplemente Olaechea tiene que arremangarse la camisa y pelearse. Para eso ya tiene el apoyo de los principales constitucionalistas del Perú y muy probablemente también del presidente del TC, Ernesto Blume Fortini, y de varios tribunos más, en el supuesto que una vez encarpetada la reforma, el presidente pida una cuestión de confianza.
Claro que puede hacer la del vivo, pedir una cuestión de confianza por algo que no tenga que ver con la reforma y agarrarse de eso para pedir el cierre del Parlamento.
Pero eso no es tan sencillo, para hacerlo va a necesitar el apoyo de la fuerza armada y el monolítico apoyo de la prensa que ya se le está volteando por el tema de Graña y Montero, además de necesitar el mutis absoluto de todas las Fuerzas Armadas y el apoyo de la Policía.
Y si hace esa barbaridad, el Congreso puede declararse en sesión permanente y se acantonan mismo campamento todas las bancadas opositoras ¿se imaginan a la Policía sacando a balazos de sus curules a García Belaunde o a Jorge del Castillo o a Heresi o a Vilcatoma? Eso sería un absurdo.
Lo que creo es que Vizcarra va a tener que forzar una situación de renuncia ante la inminente vacancia presidencial que se le viene. Porque mientras usted lee estas líneas ha sido citado a la Fiscalía de la Nación el excontralor de la República, Edgar Alarcón, por el tema Chinchero ahora que está reabierta la investigación a Fiorella Molinelli, mejor dicho “Lobbynelli”.
El mayor lobista de la historia en ese entonces era PPK, el primer ministro era Fernando Zavala y el ministro de Economía era Alfredo Thorne y estos tres fueron a presionar a Alarcón para que firmase la adenda de Chinchero.
Al no lograr su cometido, fue la propia Molinelli la encargada de gestionar eso. Con una acusación fiscal, sabiendo la cantidad de años que uno se puede comer en cana, ¿creen que nadie va a tirar dedo ante un inminente tráfico de influencias?
Recuerden que PPK castiga al cholito moqueguano (sic): “la plancha presidencial la tenían que cholear con la presencia del moqueguano para que no parezca tan pituca habida cuenta que PPK era sanisidrino químicamente puro y la clasemediera Meche Aráoz”, según dijo el mismo Bruce.
El hecho es que Vizcarra sabe que tiene que huir porque CyM Vizcarra, la empresa que él fundó con su hermano, está siendo cuestionada porque además de los “audios de la vergüenza” que generó el señor en Tía María ha quedado muy mal en el público que cree que eso es pasible de vacancia presidencial, según señalan algunas encuestas como la del Instituto de Estudios Peruanos, que han sido ocultadas al ojo público, justamente en el periódico favorito de Vizcarra: La República, cosa que pone celosos a los “señoritos” de El Comercio y Perú 21 y que en estos días van a tener que dar una prueba de lealtad a sus lectores o a su presidente.
La situación es complicada. Se viene la renuncia o la vacancia.