“El mestizaje, promovido por Pizarro y sus seguidores, es la mejor defensa contra la intolerancia», señaló.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, recibió en Lima la Orden al Mérito en Grado de Gran Cruz de manos del alcalde de la capital peruana, Rafael López-Aliaga, un acto con el que la mandataria regional terminó una visita de tres días a la ciudad.
En la ceremonia, celebrada con motivo del 490 aniversario de la fundación de Lima por parte del conquistador español Francisco Pizarro, López-Aliaga celebró que Ayuso quisiera empezar su viaje a la capital peruana con una visita a Puente Piedra.
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«Es la primera vez que un político que viene a Perú me pide como primer acto ir a las zonas más vulnerables de Lima», destacó.
Al tomar la palabra, la presidenta madrileña agradeció la condecoración a López-Aliaga y dio «las gracias, de corazón, a la gran ciudad de Lima por su hospitalidad, por su alegría y por su forma de encarar la vida».
Ayuso, que antes de recibir la orden participó en una ceremonia en la que fue reubicada una icónica estatua de Pizarro en el corazón de la capital, destacó que Lima ha sido desde su fundación por el conquistador «una de las capitales del mundo hispánico que inspiraba a los españoles con sus músicas, su refinamiento y su abundancia».
«Es una gran capital de letras y artes. Ha sido también el escenario de algunas de las mejores y más queridas obras del premio Nobel peruano y español Mario Vargas Llosa», subrayó.
En este sentido, aseveró que el mestizaje, promovido por Pizarro y sus seguidores, «es la mejor defensa contra la intolerancia».
«Recordemos con orgullo que el primer mestizaje nace en esta tierra cuando la hermana del propio inca Atahualpa se hizo bautizar como Inés y tuvo dos hijos con Pizarro», comentó.
También recordó que el 12 de abril de 1539 nació el Inca Garcilaso de la Vega, «al que muchos consideran el primer escritor mestizo de América y era hijo del noble español Sebastián Garcilaso de la Vega y la princesa Isabel Chimpu (Ocllo)».
La presidenta madrileña explicó que la palabra castizo, con la que popularmente se identifica a los madrileños, «define también al nacido de mestizo y española o de española y mestiza».
«Y no me sorprende porque a Madrid le gusta ser plural y abierta, mestiza», aseguró.
«El mestizaje es lo contrario del racismo y de todas las trampas que los enemigos de la libertad y de nuestra historia común han tramado para dividirnos y traer discordia. En definitiva, para empobrecernos y hacernos menos libres. Queridos amigos, debemos reivindicar nuestro pasado común», afirmó.
Esa historia, que reivindicó también al desvelar la estatua de Pizarro, consideró que está «hecha de mezcla y de diálogo, de sinsabores y desencuentros, como todas, pero en la que lo sustancial es el encuentro, ese milagro llamado Hispanidad».
«Hoy somos más de 600 millones de personas que hablamos español, nuestro idioma nos une, tiende puentes y nos permite caminar por el mundo sin necesitar intérpretes», concluyó.
