Cojeando y visiblemente afectado, logró sobrevivir
Novak Djokovic ha vuelto a demostrar su tenacidad en la cancha, sobreviviendo a una épica batalla de cinco sets contra Francisco Cerúndolo en Roland Garros. El partido, que terminó con un marcador de 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3, fue un ejercicio de resistencia en el que el serbio pasó de ser una alma en pena a volar sobre la pista, a pesar de una lesión en la rodilla.
El domingo anterior, Djokovic había vencido en cinco sets a Lorenzo Musetti en tercera ronda, terminando su partido en plena madrugada. Salió del estadio cerca de las seis de la mañana y llegó a su hotel cuando ya amanecía en París. Este lunes, sin el descanso necesario, se enfrentó a Cerúndolo y su rodilla no pudo soportar la exigencia. Al inicio del segundo set, Djokovic comenzó a mostrar claros signos de dolor en la parte anterior de su rodilla derecha.
Durante el enfrentamiento, el serbio solicitó la ayuda de los fisioterapeutas en repetidas ocasiones y se quejó amargamente de las condiciones de la pista. «Me habéis fastidiado la rodilla. La tierra no está bien. Estoy resbalando todo el rato. Te digo que tenéis que limpiar los fondos más a menudo», reclamó Djokovic a la árbitra Aurelie Tourte, quien le respondió que la arcilla no podía ser barrida más frecuentemente.
A pesar de las dificultades, Djokovic logró sobreponerse. Al comienzo del partido, parecía destinado a una victoria tranquila. Sin embargo, tras el primer set, su rendimiento se convirtió en una lucha de resistencia. Mostraba dolor constante y en varios momentos renunció a devolver dejadas de su oponente. Pero, fiel a su estilo, se aferró al partido con uñas y dientes, logrando salvar su trono como campeón vigente y mantener su posición como número uno del ranking ATP.
También puedes leer:
Durante el cuarto set, con un break en contra, Djokovic estuvo al borde de la derrota. Cerúndolo, cerca de alcanzar los cuartos de final de un Grand Slam por primera vez, vaciló en el momento crucial. Un par de errores del argentino permitieron a Djokovic recuperar terreno, transformándose nuevamente en el tenista implacable que todos conocen. Cerró el partido sin vacilar, dejando claro por qué es considerado uno de los mejores de todos los tiempos.
Al finalizar el partido, Djokovic, visiblemente molesto, optó por no profundizar en su dolencia durante la ronda habitual de preguntas en la pista. Agradeció brevemente al público y se retiró tras responder solo una pregunta. Su molestia con la organización de Roland Garros quedó patente en sus breves declaraciones y en su actitud.
«Las luces están muy fuertes y todavía es de día», se quejó también a Tourte durante el partido, resaltando una serie de desacuerdos con las condiciones del torneo. Esta serie de quejas no hizo sino subrayar el malestar del serbio con la gestión del evento.
Djokovic, cojeando y visiblemente afectado, logró sobrevivir a esta nueva odisea de cinco sets. Esta vez, a una hora más razonable, se dirigió a descansar, con la esperanza de recuperarse para los próximos desafíos en el torneo. Su actuación no solo demostró su increíble resistencia física y mental, sino también su capacidad para sobreponerse a las adversidades y continuar luchando al más alto nivel.