El general en retiro del Ejército, Edwin Donayre, denunció las condiciones en las que se encontraba recluido en la sede de Requisitorias de la Policía, tras su captura para que cumpla una condena de 5 años y seis meses por el Caso Gasolinazo.
A través de una carta, el excomandante general del Ejército indicó que fue sometido a un examen médico en un lugar maloliente.
«Yo Edwin Donayre Gotzch detenido en las instalaciones del INPE expreso que el departamento de Requisitorias (…) un chequeo médico que se requería con urgencia haciendo en un área celda maloliente y durmiendo en el suelo, así como los otros detenidos», escribió el exlegislador antes de ser trasladado a la carceleta del Poder Judicial desde donde será conducido a un penal.
Además, el exlegislador de Alianza por el Progreso precisó que ha dormido en el suelo al igual que otros detenidos.
«Durmiendo en el suelo, así como los otros detenidos. Sin respetar la dignidad de todo ser humano y su integridad física», redactó.
«Bajeza perversa»
En otra parte de la misiva, Edwin Donayre calificó de «bajeza perversa» la difusión de su fotografía en la que aparece sonriente.
«La foto en Requisitorias sonriente es una bajeza perversa filtrada a la prensa, descontextualizado en el momento de la toma y sin mi autorización», mencionó.
Tras permanecer casi seis meses prófugo, la noche del 30 de octubre, Donayre fue capturado cuando acababa de hablar por teléfono en una tienda de Puente Piedra. Se conoció que estuvo escondido en Áncash y, recientemente, había llegado a Lima para ser atendido por una enfermedad que padece.
Gasolinazo
El caso Gasolinazo está relacionado al robo de combustible efectuado a las Fuerzas Especiales del Ejército y la Región Militar Sur en el 2006, cuando Donayre tenía el cargo de comandante general de la región sur de esa institución castrense.
Según la Fiscalía, el exparlamentario y otras 40 personas mintieron con respecto a que había una necesidad de mayor combustible para justificar la aprobación de dotaciones extraordinarias de petróleo y gasolina de 84 octanos.
Posteriormente, el combustible fue vendido a grifos de la capital para beneficio económico de ellos. El valor del combustible robado fue de S/2 millones 571 mil.
