El presidente colombiano recibe en Bogotá al secretario de Estado de EE UU, Anthony Blinken, y da un paso más sobre el cambio de enfoque a la política antidrogas.
Gustavo Petro recibe en Bogotá al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, uno de los hombres más cercanos al presidente Joseph Biden. Petro temía en campaña electoral la reacción de Washington a su llegada al poder, pero desde entonces las conversaciones han sido fluidas.
“La visita ocurre muy rápido desde la posesión, y es aquí. Demuestra que EE UU quiere tener una buena relación, ampliarla y repensarla”, cuentan desde la Casa de Nariño, la residencia presidencial. El principal tema a tratar ha sido la guerra contra las drogas que tanto ha criticado Petro. El presidente considera que seguir utilizando el mismo enfoque que ha llenado de violencia Latinoamérica no tiene ningún sentido.
Así lo dijo en su discurso ante la ONU y así lo ha repetido a todo el que ha querido escucharle. Pretende que parte del dinero que EE UU invierte en armamento y en la persecución de capos de la droga se invierta en desarrollo y en el cuidado del medio ambiente. Eso choca contra la visión clásica de los gobiernos americanos, que han desplegado todo el poder de la DEA o la CIA en la región.
PRONUNCIAMIENTO DE BLINKEN
«Tenemos muchos puntos en común en prácticamente todos los problemas que tenemos que abordar. En el combate de las drogas, por ejemplo, apoyamos firmemente el enfoque integral de la Administración» de Petro, dijo Blinken en una rueda de prensa con el mandatario colombiano en la Casa de Nariño, sede presidencial.
De esta manera respondió Blinken al firme alegato que hizo el nuevo presidente colombiano hace dos semanas en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde criticó la guerra frontal contra el narcotráfico patrocinada durante décadas por EE.UU., de la que, según dijo, ha «destruido» la selva colombiana y dañado el medioambiente con la erradicación de cultivos.