Un total de siete accidentes han cobrado la vida de 84 personas que viajaban durante la noche en autobuses interprovinciales en rutas que superan las 10 horas.
Entre abril y julio de este año, se han registrado al menos siete incidentes viales significativos involucrando a autobuses interprovinciales. Estas tragedias han resultado en 84 muertes y 122 heridos en las carreteras que llevan a Cajamarca, Ayacucho, Amazonas, Puno y Junín.
Continuar refiriéndose a estos eventos como ‘accidentes’ es inapropiado, especialmente al considerar las causas que los provocan.
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Por ejemplo, en 2023 se reportaron 87,172 accidentes de tránsito, de los cuales el 28.1% se debió a la imprudencia del conductor y el 26.4% al exceso de velocidad, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV). Sin embargo, centrémonos en los autobuses interprovinciales. Estas unidades, que operan de manera formal, salen de un terminal y están bajo la supervisión de la Superintendencia de Transporte Terrestre (Sutran). Están equipadas con GPS, lo que permite registrar su ubicación y velocidad en tiempo real. Con capacidad para hasta 60 pasajeros, inician viajes que a menudo superan las 10 horas. Esta actividad puede resultar agotadora e inhumana para un solo conductor, aunque se implementan relevos.
Si bien se mencionan causas como el exceso de velocidad y la negligencia del conductor, hay un factor crucial que a menudo se pasa por alto: la fatiga del conductor.
Un patrón común en las tragedias descritas en este informe es que ocurren entre las 10 p.m. y las 6:30 a.m., y la causa preliminar podría ser el microsueño.
“La jornada de conducción está desagregada en horario diurno y nocturno. En horario diurno, que empieza desde las 6 a.m. hasta las 9:59 p.m., puede manejar cinco horas como máximo. En horario nocturno, de 10 p.m. a 5:59 a.m., solo puede manejar cuatro horas como máximo. Asimismo, el descanso debe ser de una hora para ambos”, sostuvo.