El caso stoke y el tribunal de Estrasburgo

por | Ene 30, 2018 | Opinión

 

Javier Valle Riestra

 

Walter Stocké, un ciudadano alemán que tenia cuentas pendientes con la justicia de su país y se encontraba fugado en Francia, fue capturado por la policía germana con ayuda de un confidente y un intermediario y con la colaboración de los pilotos que simularon una avería en el avión en el que volaba el prófugo, a fin de hacer una parada técnica en la ciudad alemana de Sarrebruck, donde fue detenido y llevado ante los tribunales.

El caso Stocké ofrece algunas similitudes con la detención de Luis Roldan y fue mencionado por el ministro de Justicia e Interior español, Juan Alberto Belloh, al defender vanamente la legitimidad de la captura del ex jefe de la Benemérita Guardia española, en 1994, porque, tras un largo proceso, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló la detención, aun reconociendo que se había logrado mediante “un subterfugio”.

La sentencia del Tribunal de Estrasburgo de 19 de marzo de 1991 resolvió por unanimidad que en el caso Stocké, a pesar de los subterfugios constatados, no hubo vulneración de los artículos 5 y 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos invocados por el interesado (derecho a no ser privado de libertad ilegalmente y derecho a un proceso justo. “articulo5.- 1. Toda Persona tiene derecho a la seguridad; Articulo 6. 1.- Toda Persona tiene derecho a que su causa sea vista equitativa y públicamente en un plazo razonable).

Stocke se pretendía víctima de una colusión (arreglo secreto con perjuicio de tercero) entre las autoridades alemanas y un tal Köster, confidente de la policía.

El caso Stocké se inició en 1975. Stocké, un empresario de la construcción que entonces contaba 59 años, fue encarcelado en 1976 por orden de un Tribunal de Kaiserslautern, acusado de fraude fiscal.

Puesto en libertad provisional, no respetó las condiciones impuestas, por lo que en noviembre de 1977 el tribunal ordenó que se le volviera a encarcelar. Para evitar que esto ocurriera, huyó a Suiza y después a Estrasburgo (Francia).

En consecuencia, se dictó contra él una orden internacional de búsqueda y captura. Köster, un confidente de la policía judicial de Renannia -Palatinado con causas pendientes con la justicia, se ofreció a la policía para encontrar a Stocké.

En una reunión en el despacho del fiscal de delitos económicos, Wilhelm, el confidente, quiso saber si sus servicios serian recompensados. Y lo fueron.


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