Los alimentos ultra procesados se refieren a productos industriales comestibles que han pasado por múltiples procesos de transformación, generalmente conteniendo ingredientes y aditivos como sales, saborizantes, sustancias, conservantes, colorantes, emulsificantes, espesantes; entre otros, que no se utilizan en la cocina casera. Ejemplos comunes son los refrescos, snacks empaquetados, dulces, comidas rápidas, cereales con azúcar añadida, y ciertos tipos de pan y demás. Sobre este tema, la licenciada en nutrición, Rocío Begazo Arteaga, egresada de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, brindó importante información sobre esta materia.
Estos alimentos se caracterizan por su bajo valor nutricional, que a menudo son ricos en azúcares, grasas no saludables, y sodio, pero bajos en fibra, vitaminas, y minerales. Y son tentadores para el paladar de cualquier persona porque estos productos están diseñados para ser altamente sabrosos y a menudo adictivos, promoviendo su consumo excesivo.
Entonces en una dieta normal la interrogante es: deberían estar incluidos estos alimentos ultraprocesados. La respuesta de la licenciada Begazo en el programa, Tu salud en Cayetano, conducido por el doctor Leslie Soto, y difundido en You Tube, recomienda que todo consumo de esos alimentos debe ser con moderación, “si es muy esporádicamente en alguna reunión, no hay problema, pero cuando ese consumo se hace continuo, entonces puede hacer daño a la salud”.
Asimismo, la Lic. Begazo indicó su preocupación por la obesidad infantil, considerándola como un problema de salud pública global que ha aumentado significativamente en las últimas décadas; justamente por el consumo de alimentos ultraprocesados.
Refirió que “por la alta tasa de obesidad de sobrepeso en los niños es que en Perú tenemos la Ley 30021 de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes, donde se establece los criterios, los parámetros para que los alimentos tengan octógonos”, lo cual permite informar al consumidor qué alimentos y bebidas tienen un alto contenido de sodio, azúcar, sodio, sal, grasas, grasas saturadas y grasas trans.
La Lic. Begazo advirtió como esos alimentos ultraporcesados están asociados con un aumento en la incidencia de varias enfermedades crónicas y condiciones de salud adversas.
“Por ejemplo, los embutidos suelen tener como conservante los nitritos, nitratos. Los alimentos de comida rápida han sido sometidos a altas temperaturas y pueden formar sustancias como la acrilamida que es una sustancia cancerígena. También tenemos los colorantes como la tartrazina, insumo que es potencial de generar reacciones alérgicas. Así como también los potenciadores de sabor como el glutamato monosódico”.
Los alimentos ultraprocesados tienden a ser altos en calorías y bajos en nutrientes, lo que puede llevar a un consumo excesivo de calorías y, por lo tanto, al aumento de peso y obesidad.
La alta ingesta de azúcares añadidos y grasas no saludables en estos alimentos puede contribuir a la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2.
El consumo de grasas saturadas y trans, presentes en muchos alimentos ultraprocesados, puede aumentar los niveles de colesterol (el «malo») y reducir los niveles de colesterol (el «bueno»), lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
El alto contenido de sal en muchos alimentos ultraprocesados puede llevar a un aumento en la presión arterial, lo que es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares.
Algunos estudios han sugerido una posible relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal, posiblemente debido a los aditivos y conservantes presentes en estos alimentos.
La falta de fibra y la presencia de aditivos artificiales en los alimentos ultraprocesados pueden afectar negativamente la salud digestiva, contribuyendo a problemas como el síndrome del intestino irritable y la disbiosis intestinal.
Se ha encontrado que las dietas altas en alimentos ultraprocesados están asociadas con un mayor riesgo de depresión, posiblemente debido a la baja calidad nutricional y los efectos negativos de los aditivos sobre el cerebro.
Algunos estudios han indicado que el consumo elevado de alimentos ultraprocesados puede estar relacionado con el riesgo de osteoporosis, debido a la baja ingesta de nutrientes esenciales como el calcio y la vitamina D.
Finalmente, la Lic. Begazo indicó que la clave para una dieta saludable radica en limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y enfocarse en una dieta rica en alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Adoptar patrones de alimentación más saludables no solo puede reducir el riesgo de las enfermedades mencionadas, sino también mejorar la calidad de vida en general.