Experto norteamericano en armamento biológico y genético, Francis Boyle, lanza alerta
El norteamericano Francis Boyle, experto en armamento biológico y genético, señaló que el COVID-19 es un patógeno diseñado como arma biológica, que escapó de las instalaciones de un laboratorio de alta seguridad en la ciudad china de Wuhan, donde se originó la pandemia.
El también creador de Ley contra el terrorismo y armas biológicas de 1989, indicó que “el coronavirus 2019 de Wuhan es un arma ofensiva de guerra biológica”.
Boyle, que es especialista en la ley internacional de la Universidad de Illinois, afirmó durante una exclusiva entrevista con Geopolitics and Empire que precisamente en Wuhan, donde viven 12 millones de personas, está funcionando uno de los más sofisticados laboratorios biológicos del máximo nivel de bioseguridad 4, Wuhan BSL-4, perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, que experimenta con agentes biológicos que representan un alto riesgo individual de contagio.
Este laboratorio trabaja con los patógenos más peligrosos del mundo, incluyendo varios coronavirus, como SARS-CoV (Síndrome Respiratorio Agudo y Grave), MERS-CoV (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) y muchos otros tipos de virus bajo la supervisión no solo del Gobierno chino sino de la misma OMS.
LABORATORIO
El laboratorio BSL-4 fue puesto en funcionamiento después de la epidemia SARS en 2003 que ocasionó 750 muertes y 8.000 personas resultaron infectadas, llegando el índice de muerte al 10%. Según las publicaciones Natural Research Journal, The Lancet Infectious Diseases, y Journal of Medical Virology, el laboratorio de Wuhan se convirtió con el tiempo en un lugar preferido de los virólogos de todo el mundo.
Según indica, el virus COVID-19 es una quimera. Este incluye al SARS, un coronavirus diseñado como arma biológica, junto con material genético del VIH y posiblemente virus de la gripe. Además, ha desarrollado propiedades que le permiten propagarse a una distancia mayor de lo normal.
GUERRA
Como resultado de la labor contra la guerra biológica de Boyle, que se remonta a los primeros días de la administración Reagan, una época en la que utilizaban ingeniería genética del ADN para fabricar armas biológicas, Boyle ha monitoreado de forma cuidadosa “los brotes misteriosos de enfermedades tanto en humanos como animales de todo el mundo” que han aparecido desde entonces.
“Mi ley antiterrorista de armas biológicas no solo fue diseñada específicamente para lidiar con armas biológicas regulares sino también con ingeniería genética del ADN para armas biológicas que empezaban a aparecer. A pesar de que se cubriría el tema de la ingeniería genética del ADN, quería dejar claro que lo hacía. Asimismo, dejé claro que incluía a la biología sintética”, indicó Boyle.
MISTERIOSO
“Entonces, cuando aparecen estas enfermedades misteriosas e inexplicables, las monitoreo por cierto tiempo, y casi siempre llego a la conclusión de que pueden explicarse por razones normales, como la falta de saneamiento, pobreza y cuestiones naturales. Pero, me pareció muy sospechoso el caso de Wuhan. Ahí, se localiza una instalación con nivel 4 de bioseguridad. Es la primera en China, y se creó específicamente para tratar el SARS
y coronavirus. Básicamente, el SARS es una versión de coronavirus diseñado como arma biológica”, refirió.
Agregó que antes, ya se habían producido filtraciones de SARS de esta instalación, y según mi experiencia, la única razón de la existencia de estas instalaciones NBS-4, es la investigación, desarrollo, análisis y almacenamiento de armas biológicas ofensivas. “Por tal razón, expresé mi punto de vista, de que este coronavirus de Wuhan se había filtrado de esa instalación NBS-4… tal vez a mediados de noviembre y que, desde entonces, el gobierno chino había mentido y ocultado información relacionada”, dijo.