Por: Phillip Butters
Los hechos políticos más importantes de ayer han sido nefastos para la historia del Perú
contemporáneo.
Como punto uno, Almagro, secretario general de la OEA, felicita al nuevo canciller Meza Cuadra, pese a que él mismo dijo que esto lo tenía que dirimir el TC. Es decir. Con eso convalida el golpe de Estado y demuestra que se burló de Olaechea y de quienes confiamos en la democracia.
El punto dos fue la presencia de las Fuerzas Armadas en la juramentación del nuevo gabinete, que tiene una serie de improvisados, pero no vale la pena analizar quiénes son porque el que manda es Vizcarra.
Martincito ha acumulado un poder que no tenía ningún presidente desde que Fujimori dio el golpe de 1992.
Otro punto importante es que el banco de Brasil solicitó la quiebra de Odebrecht. Es decir, todo el caso Lava Jato se fue al tacho. Quienes nos coimearon a funcionarios y presidentes, no tienen cómo pagar el acuerdo firmado acá. Simplemente siguen manteniendo sus ingresos en los peajes, Vías Nuevas de Lima y demás obras. Es decir, Odebrecht vino, robó y venció.
Ayer fue una desgracia para el Perú. A Olaechea solo le queda presidir con dignidad la Comisión Permanente, mirando lo que hace el dictador del Perú a punto de Decretos, porque el golpe está consumado.
Ahora el TC, en el supuesto que dictamine sobre la contienda a favor del Congreso, lo resolverían en 4 meses, faltando uno para las elecciones. Es decir, se lavaron las manos. Pasarán a la historia como unas nulidades.
Lo que les queda a los partidos políticos es cumplir con la Ley con su presencia en las próximas elecciones, validando el golpe de Estado.
Vamos a tener más de veinte listas congresales tratando ganar una sillita en el Legislativo y seguramente ese Congreso terminará convocando a elecciones para el año 2021 con un cambio constitucional.
Para ese tiempo, probablemente Vizcarra se quiera perennizar en el poder indicando que se cambiaron las reglas y que puede ser candidato. Con ese cambio constitucional va a llegar el izquierdismo en el Perú y tendremos una situación triste.
Hay que decirlo claramente que los rojos lograron meter a la cárcel a Fujimori, a su hija, y se viene Kenji. Han vengado del golpe del 5 de abril.
Así que digámoslo claro, los hermanos mayores de los que hoy mandan en el Perú están contentos.
Seguro Abimael Guzmán quiere un poco de la tortita y Polay prepara un tipo de manifiesto para que ambos sean perdonados y sean libres. Caeremos en una crisis económica tremenda como Argentina y Venezuela.
“Sarna con gusto no pica”, decía mi abuelita. A los que apoyaron este golpe les caerá algún día la quincha, y ahí vamos a ver a quién lloran para que los salven.
Lo que se ha comprobado es que en el Perú la voluntad de la gente la manejan los medios de comunicación y el caballazo de un presidente si tiene las Fuerzas Armadas.
Con televisión, chequera y tanques, uno hace lo que le da la gana en el Perú.
