Entre las maravillas del mundo, una joya de Sudamérica estuvo cerca de alcanzar el título que Machu Picchu y el Cristo Redentor finalmente obtuvieron.
La Isla de Pascua, ubicada en la remota Polinesia, alberga más de 900 moáis, estatuas monolíticas que han fascinado a investigadores y turistas durante generaciones. Aunque no logró el título de maravilla mundial, sigue siendo un destino único que ofrece una ventana a la cultura Rapanui y su enigmática historia.
En la competición, la Isla de Pascua estuvo entre las ocho finalistas junto a otros sitios notables como Chichén Itzá en México, el Coliseo Romano en Italia y el Templo de Angkor Wat en Camboya. Esta selección destaca la diversidad cultural y arquitectónica del planeta.
¿Por qué se le llama isla de Pascua?
La Isla de Pascua es también peculiar por ser el único lugar en Oceanía donde el español es idioma oficial. A pesar de su ubicación geográfica en el océano Pacífico, la isla tiene una profunda conexión con Chile, que se remonta al siglo XIX cuando fue anexada formalmente al territorio chileno por el marino Policarpo Toro. El nombre «Isla de Pascua» proviene del explorador neerlandés Jacob Roggeveen, quien llegó a la isla el 5 de abril de 1722, día de Pascua de Resurrección, y la nombró «Paasch-Eyland» en neerlandés, que significa «Isla de Pascua».
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