Por Francisco Diez-Canseco Távara (*)
Me gustó el discurso pronunciado por el Presidente Constitucional de la República, Ing. Martín Vizcarra, ante el Congreso de la República, ese mismo Parlamento que ha generado la caída de un presidente corrupto e inepto pero en cuyas entrañas anida también esa misma corrupción e ineptitud que afecta en forma gravísima la gobernabilidad del país.
Por esa razón, plantee la necesidad de convocar a elecciones generales, las cuales lamentablemente no se pueden dar en nuestro ordenamiento constitucional salvo que se produjeran las renuncias o vacancias sucesivas del actual Presidente y de la 2da Vicepresidenta y tuviera que asumir el Poder el Presidente del Congreso.
En este escenario, el Pacto Social contra la corrupción planteado por Vizcarra encierra un desafío casi insoluble ya que es imposible que logre un acuerdo real y efectivo para combatir ese flagelo con las mismas fuerzas políticas que son parte del mismo y que hoy integran el Congreso .
Vizcarra tiene una foja de servicios al país que aparece limpia hasta ahora y su participación en el affaire Chinchero ha sido aclarada por la Fiscalía. Es la única carta, dentro del marco de continuidad institucional, para afrontar el desborde de inmoralidad e ineficiencia que han dejado el depredador Kuczynski y sus cómplices mercantilistas y caviares.
El esfuerzo de Vizcarra deberá concentrarse, en primer lugar, en limpiar la casa y librarse del entorno que acompañó y avaló los desatinos de Kuczynski y que intentó blindarlo a sabiendas que sus pueriles argumentos no podían cubrir sus actos corruptos, agravando la situación con el coimeo de congresistas para impedir la aprobación de la vacancia. Ahí ninguno está limpio.
En segundo lugar, en salir frontalmente a luchar contra la corrupción con un Gabinete “nuevo” de gente limpia, profesionalmente bien preparada y que no tengo amarres ni se amarre con nadie.
Y en tercer término, procurar un vínculo ponderado con ese mismo Congreso plagado de corruptos donde duerme el sueño de los justos el proyecto de ley de Perú Nación para crear el Consejo Nacional de Moral Pública.
Y disolverlo apenas le censuren el segundo gabinete convocando a elecciones parlamentarias porque, como bien lo ha dicho, el Perú está primero.
(*) Presidente de Perú Nación
Presidente del Consejo por la Paz