Por Fernando Calle Hayen
Los hechos que están sucediendo en el escenario político, no debe interferir la labor de la justicia en las investigaciones, procesos y sanciones severas en cuanto a los delitos de corrupción, lavados de activos, narcotráfico, entre otros, que están destrozando nuestras instituciones y afectando la moral pública.
Si apreciamos que el ex-ministro del interior, general Mauro Medina, se dedicó a combatir el crimen organizado con resultados positivos capturando varias bandas de narcotráfico, pasamos hoy por presuntas denuncias a un ministro aparentemente chuponeador, según denuncias del Presidente Alan García y de los parlamentarios apristas entre otros; lo cierto es, que estas cosas que dañan al gobierno, a nuestro sistema democrático, el respeto a la vida privada y mecanismos que se exigen para hacer investigación.
Por eso, es fundamental que independientemente de sancionarse si es que hay ilícitos penales amen de las responsabilidades políticas como renuncia de ministros, etc., el Sistema de Justicia tiene que ayudarnos a que recuperemos en algo la confianza y proceda dentro de las facultades y autonomía que tiene con mayor prontitud
El artículo octavo de la Constitución del Estado señala que el Estado tiene la obligación de combatir estos crímenes, la pregunta que uno se hace en el caso de bandas de narcotraficantes es: ¿No tendrán amigos policías, no tendrán amigos políticos, no tendrán influencia en jueces, fiscales, no habrá una relación de cadena de corrupción más grande?
Hasta el momento ha pasado tiempo y no conocemos por parte de la fiscalía -a lo mejor es un trato reservado- detenciones de personajes vinculados a estas bandas de narcotráfico que tengan poder político empresarial, judicial, policial etc. ¿Y no cree Ud. amigo lector que estos señores no actúan solos?
Entonces, es natural que, el refuerzo de un buen trabajo del Ministerio del Interior y de la Policía encargada y especializada a la que hay que dar más apoyo, sin duda que debe tener los resultados como el caso del Ministerio Público, que nos está teniendo con un poco de frustración.
Que no quepa duda que la corrupción ha llegado a los niveles de Justicia, pero esperamos que hayan fiscales, jueces, que en uso de su autonomía, puedan por Dios ayudarnos a defender nuestro sistema, a devolvernos la tranquilidad y a que no caigamos en manos del crimen organizado de narcotraficantes y del imperio de la corrupción y de la impunidad-
Por eso es que reclamamos y decimos señores del Ministerio Público, no puede ser que haya solo dos casos, sería correcto que el fiscal Domingo Pérez, nos diga cuantos casos tiene su despacho y porqué solo activa dos.
Tenemos que aprender a vivir en un país en el que cada cual tiene que cumplir con su deber y que el cumplirlo no es ningún acto de heroicidad. Entonces, en esta coyuntura, tenemos todo el derecho de preguntar ¿Por qué no avanzan los otros casos? que a la luz de la prensa y la exposición que han hecho los fiscales -que se contradicen y hasta agravian públicamente. ¿Por qué no hay resultados? Debemos concentrarnos y evitar las distracciones, nadie reclama por ejemplo, por qué la libertad de los señores Miró Quesada, por qué no se nos informa ¿por qué no se inicia el proceso al presidente Humala y señora Humala? En cambio, hay una Sala que si analiza casi todas las decisiones del juez Concepción Carhuancho, la Sala las revoca ¿No habrá por ahí una relación rara? No a la Impunidad.