Por Germán Lench Cáceres
La presión tributaria del Perú es 14% del PBI el 2018 y en América Latina 21%, por tanto es necesario recaudar mayores tributos.
Los impuestos financian el gasto público (educación, salud, sistemas de agua, saneamiento e infraestructura), y contribuyen a mejorar la distribución del ingreso. Nuestro nivel de ingresos fiscales es bajo y depende del precio internacional de los minerales. Ello es una vulnerabilidad fiscal, dada la reducción de la capacidad del Estado para brindar bienes y servicios públicos. Para mejorar se debe reformar el sistema tributario, las altas tasas de impuestos, exoneraciones y el alto grado de evasión que deben ser tratados con una política tributaria eficiente.
El equipo económico del MEF debe respetar el compromiso de llegar al 18% proyectado por SUNAT, por tanto se debe ampliar la base tributaria, combatir la evasión fiscal.
Se debe enfrentar problemas como:
Baja recaudación. A pesar de las altas tasas en impuestos, la presión tributaria (indicador que relaciona los ingresos tributarios de la economía y el PBI) está estancada. Si obviamos los ingresos fiscales de la minería e hidrocarburos, que se elevó desde el boom del precio de los minerales, la presión tributaria es 14.1% del PBI.
Concentración de la recaudación en el Gobierno central. La poca participación de los Gobiernos regionales y locales (el 98% de los ingresos son recaudados por el Gobierno central), genera ser un país centralizado.
Preponderancia de los impuestos directos en la recaudación. Los impuestos directos (renta y propiedad) contribuyen a disminuir la desigualdad en la distribución de ingresos.
Evasión tributaria. En el impuesto a la renta e IGV. La informalidad afecta al 75% de la Población Económicamente Activa (PEA), el 95% de las MYPES es informal y hay más de 3 millones de ellas.
Altas tasas impositivas. A comparación de otros países de la región, estamos encima del promedio, en la renta empresarial y el IGV.
Reducida base tributaria. Originada por deducciones, exoneraciones que no contribuyen a la igualdad y regímenes especiales que promueven la evasión.
Complejidad del sistema tributario, dificulta su funcionamiento e impide ampliar la base. Sin simplicidad para trámites y pago de obligaciones de contribuyentes, la recaudación no aumentará.
Un aspecto es ¿Qué hacer con los 7,450 trabajadores de la SUNAT? Con la Ley N° 29816 de fortalecimiento de la SUNAT, se facilitó para que burócratas de dudosa competencia técnica la colocaran en la necesidad de reestructurarla, en vez de cumplir con “Elevar la recaudación”. La meritocracia y la gestión del talento humano mediante líneas de carrera, son sueños en SUNAT.
El Art. 1. Objeto: “Ley que estable normas y disposiciones para el fortalecimiento de SUNAT y mejorar su labor para la lucha contra la evasión y elusión tributaria, el contrabando y tráfico ilícito de mercaderías; la ampliación de la base tributaria y el crecimiento de la recaudación.” Esto no se ha cumplido.
Una pregunta ¿Se puede gobernar, redistribuir la riqueza y dar servicios donde el Estado teniendo el monopolio de la fuerza no dispone de recursos?
Ante esto hay que reformar los impuestos de los tributos, Impuesto a la Renta (IR), Impuesto General a las Ventas (IGV), Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) e Impuesto a la importación (aranceles)y simplificar las normas de recaudación.La presión tributaria es mayor cuando menor es la evasión y la informalidad de la economía.
La SUNAT no atrae nuevos contribuyentes, no hay consideración a su record, años de buen pagador y a sus elementales derechos.