La transpiración es más común en ciertas partes del cuerpo y ello puede agravar nuestra salud si no se hace nada al respecto.
Durante el verano el exceso de sudoración es inevitable y con ello la aparición de hongos en la piel, que se puede extender al cuello cabelludo, las axilas, la espalda y los pies, convirtiéndose en un cuadro de riesgo en personas con las defensas bajas. Pero, ¿qué pasa si no se toman en cuenta las recomendaciones médicas?
Para la Dra. Pepita Albarracín, dermatóloga del hospital Voto Bernales del Seguro Social de Salud (EsSalud), cada organismo suda de manera y proporción distinta, pero los síntomas son los mismos. “La persona afectada sabe que los hongos están proliferándose cuando comienza a sentir picazón; sin embargo, esta parte del proceso no solo evidencia la aparición de hongos sino una infección de bacterias, muy peligrosa”, explicó.
Por ejemplo, por temas laborales, la mayoría de personas utiliza zapatillas durante largas horas, permitiendo el humedecimiento de los pies ya que no tienen sistema de ventilación en el calzado. Si a esto le sumamos las medias de nylon, los hongos terminan encontrando el hábitat perfecto para proliferarse.
“Es por eso que recomendamos utilizar medias de algodón y, si ha estado todo el día con zapatillas o zapatos cerrados, al llegar a casa deber lavarse los pies, secarlos bien y colocarse otro par de calzados frescos”, dijo la especialista.
Otras recomendaciones:
• Es mejor utilizar ropa interior de algodón y, en el caso de los varones, no es recomendable el uso de trusas tipo “bóxer” porque estas suelen ser de nylon y al roce con la piel sensible provoca humedad.
• Para los pies no es recomendable utilizar talco porque quitan de sobremanera la humedad propia de la piel y provoca descamación entre los dedos, generando dermatitis.
• El uso de cremas caseras para los hongos está contraindicado ya que su composición puede quitar la picazón, pero no cura, solo atrofia la piel volviendo a los hongos más agresivos.
Frente a la presencia de hongos en la piel, es importante un buen diagnóstico dermatológico que determine el tipo de hongo y el tratamiento adecuado.
