Por Pablo Carranza
El exjefe del Comando Conjunto de las FFAA, César Astudillo alzó su voz de protesta contra el Estado por haber abandonado a los militares y policías -que defendieron a la patria contra el terrorismo- en los largos procesos judiciales que las ONG locales emprenden contra estos mismos ante organismos que defienden los derechos humanos.
En diálogo con La Razón señaló que hay “terroristas que ya han salido y algunos viven muy cómodamente en Europa siendo convictos y confesos asesinos”, mientras que “finalmente, en la cárcel se han quedado varios militares”. Lo cual es “una contradicción absoluta”.
¿Estaría de acuerdo en que las Fuerzas Armadas puedan participar en la lucha contra la delincuencia?
A ver vamos por partes, las fuerzas armadas tienen un marco legal y, en primer lugar, la Constitución no los faculta para intervenir en delincuencia común. Esa es la ley. Segundo, su entrenamiento no va por ahí y, tercero, las armas que tienen no son las que se requieren para eso. Entonces, ¿cómo pueden participar? Porque tampoco es decir: “no puedo y punto”, porque necesariamente tenemos que ayudar. Yo he planteado en reiteradas oportunidades que las Fuerzas Armadas pueden hacer misiones que actualmente está cumpliendo la Policía y así poder recuperar su gente que está enganchada, por ejemplo, en el control de las fronteras y dejar las fronteras como control exclusivo de las Fuerzas Armadas. Eso por supuesto que es legal. Es más, las fronteras de Ecuador y casi toda Colombia están con bases militares que cuidan la frontera, o sea, no es ninguna contradicción con la ley. La misión de las fuerzas armadas, particularmente del Ejército, es defender la soberanía y la integridad territorial, y eso implica el control de las fronteras también. Otras actividades, por ejemplo, en unidades de rescate de rehenes, de desactivación de explosivos, que tiene buena cantidad de personal y eso lo pueden asumir las Fuerzas Armadas. Y que la Policía recupere a su personal. No podemos estar siempre con el prurito de que la Policía no puede, la Policía tiene que poder porque es su misión y tenemos que ayudarlos. Porque es un facilismo decir: “que salgan las fuerzas armadas”, o sea, ¿usted se imagina un soldado con un blindado en una esquina con un fusil calibre 7.62 ante un carterista o un escape en moto?
¿Qué opina de esas ONG que denuncian a los militares que han participado en acciones contra la subversión y que los terminan denunciando ante entidades internacionales que supuestamente defienden los derechos humanos?
Bueno, esas ONG viven de eso y quizás en algunos casos podrán tener éxito. De eso viven en Europa y en todos esos sitios están detrás de estos, entre comillas, derechos humanos, pero vaya a saber si hay derechos humanos para los oficiales o para los policías. No hay, porque dicen que a ellos los defiende el Estado, pero vemos que el Estado no los defiende, no es cierto. Entonces, tenemos la realidad de que casi todos los terroristas ya han salido y algunos viven muy cómodamente en Europa siendo convictos y confesos asesinos. Pero, finalmente en la cárcel se han quedado varios militares y esa es una contradicción absoluta, es un contrasentido histórico de la participación de las Fuerzas Armadas en la pacificación nacional.
¿Cómo ha desprotegido el Estado a los militares?
Es evidente, porque no tienen la defensa necesaria, al final cada uno tiene que costearse su defensa pese a que actúa en funciones dentro del Estado. Realmente eso se investiga, pero al final quedan solos. Imagínese usted que un militar o policía tenga que enfrentarse a toda una maquinaria de una ONG, es muy difícil, es muy duro, pero esa es la realidad. Enfrentarse solo ante esa maquinaria y con lo que un militar pueda tener de su pensión o de su sueldo, contratar los abogados que buenamente puedan, porque un estudio no se puede contratar porque es difícil, no se puede. Vas a tener que contratar un abogado, que vamos a ver si te apoya y vas a pelear contra una maquinaria muy fuerte como son las ONG que, ustedes saben, tienen estudios grandes financiados desde otros países.
Los militares siempre tienen problemas con sus regímenes de pensiones ¿Qué nos puede contar al respecto?
Ese es un problema muy viejo, de nivelar las pensiones porque se hicieron muchos acuerdos, muchas promesas, pero finalmente las pensiones quedaron tal como están y todavía con una amenaza de reducirlas más y finalmente a las viudas darle un porcentaje totalmente desproporcionado. Hay promociones que van a finalmente pensionarse con unas pensiones irrisorias para todo el tiempo que han aportado. Eso sigue en suspenso y por lo que veo, pues el Estado no le va a dar importancia, por lo menos en este ejercicio presupuestal. Pero es una lucha permanente que hay que estar ahí, y en eso estamos, la verdad que en eso estamos. Bueno, son afectados en el sentido de que las viudas cuando quedan viudas reciben una pensión para pasar pues sus últimos años, pero no pensemos que una viuda es una persona de avanzada edad. Hay viudas de capitanes, de mayores que son jóvenes. Pero hay propuestas que quieren pensionar a las viudas con el 50%. Otros, inclusive, se han ido más allá y quieren el 30% nada más. Yo no sé cuál es el afán, esa maldad de querer hacer eso con una viuda.
¿Cree que el presupuesto dedicado a las Fuerzas Armadas es el suficiente?
Vamos a decirlo así, los políticos creen que pueden prescindir de las fuerzas armadas y siempre sucede eso, pero cuando vienen las desgracias todo el mundo llama a Dios y que venga el Ejército a salvarlos. No obstante, cuando viene la paz todos se olvidan de Dios y de sus fuerzas armadas, se olvidan de su policía, la desprestigian, quieren desaparecerla. Y eso no es así, pues.