Eduardo Zegarra, investigador principal de Grade, precisó los errores que tiene el proyecto de ley de exoneración del IGV a alimentos.
El Congreso de la República aprobó un proyecto de ley de exoneración al pago del Impuesto General a las Ventas (IGV) a diversos alimentos durante la semana pasada. Sin embargo, en los últimos días se han detectado errores en esta iniciativa.
Inicialmente el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) envió un proyecto al Congreso con el fin de eliminar el IGV en solo siete alimentos básicos.
«La propuesta del MEF lo que solicitó al Congreso fue que, por un periodo de tres meses, se puedan incluir en las exoneraciones al IGV algunos productos que cumplan con ciertos requisitos, que signifiquen más de 0.12% de la canasta básica familiar. Y que la inflación esté por encima del 6%», comentó Eduardo Zegarra, investigador principal de Grade, a RPP Noticias.
Sin embargo, el Congreso modificó la medida e incluyó productos como el lomo fino, ganso o faisán, los cuales no ajenos a la canasta básica familiar.
Por este motivo, se generó una polémica ente estos productos registrados. Zegarra sostiene que lo más grave de la propuesta aprobada no fue incluir estos productos no considerados de consumo básico, sino la extensión que se le dio a la norma.
«Lo más grave ha sido extender la norma hasta el 31 de diciembre e incluir un mecanismo de devolución del IGV y de crédito tributario que es peligrosísimo, que podría implicar problemas de fraude tributario muy complicados. Todo esto ocurrió porque el Congreso no quiso escuchar a los técnicos», explicó.
Reducción de costos
Otro problema que presenta este proyecto es que la reducción de costos que implica la exoneración del IGV podría diluirse en la cadena de comercialización. Por lo que no habría garantía de que se impacte en el precio final que pagan los consumidores. Cabe resaltar que, esta medida será revisada por el Ejecutivo.
«No hay nada que obligue al vendedor o al empresario a reducir el precio en la magnitud del IGV, es decir, podría pasar sobre todo en productos donde hay alta concentración de dominio de mercado. Las empresas tienen mucho poder de mercado, fijan precios y difícilmente trasladan este tipo de medidas al consumidor final o trasladan solo una parte», precisó.
El economista señala que, por esta alta concentración de mercado, no se debería exonerar del IGV a la leche evaporada.
«Por otro lado los congresistas han excluido por ejemplo al aceite y también al pan, que son productos fundamentales de la canasta básica. En realidad, no han seguido ningún criterio técnico, ha sido algo improvisado», dijo.
Asimismo, el investigador consideró que la medida aprobada es indiscriminada pues termina beneficiando más al que compra más alimentos.