El conductor, que había sido amenazado anteriormente, perdió su vehículo y su medio de subsistencia en un acto de violencia que resalta la creciente inseguridad en el transporte de la región.
En Áncash, la ola de inseguridad que enfrentan los transportistas ha cobrado una nueva víctima. Un grupo de extorsionadores incendiaron una combi perteneciente a un chofer después de que este se negó a pagar un ‘cupo’ que exigían a cambio de su seguridad. Este violento episodio resalta la creciente preocupación de los conductores, quienes se sienten cada vez más desprotegidos frente a la criminalidad.
Según el relato del afectado, los delincuentes ya lo habían amenazado en ocasiones anteriores, solicitándole dinero para garantizar su seguridad. Sin saber que los sujetos que recogió como pasajeros eran los mismos que lo acosaban, el chofer aceptó su subida, confiando en que todo transcurriría con normalidad. Sin embargo, al llegar a una zona agrícola, los extorsionadores le obligaron a abandonar su vehículo, que posteriormente fue incendiado.
A pesar de los intentos de los serenos y otros conductores para extinguir el fuego, la combi quedó completamente destruida. Este vehículo, que había sido adquirido mediante un crédito, tenía un valor de más de 50,000 dólares, lo que no solo deja al propietario sin su principal herramienta de trabajo, sino que también lo sumerge en una considerable deuda.
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El impacto de este acto delictivo ha generado un clima de temor entre los transportistas de la zona. Muchos conductores han expresado que las amenazas de extorsión son frecuentes y que la falta de acción por parte de las autoridades ha convertido al distrito de Santa en una «tierra de nadie». Este escenario de impunidad ha llevado a algunos a abandonar su trabajo por miedo a ser las próximas víctimas.
Ante esta alarmante situación, los transportistas hacen un llamado urgente a las autoridades para que aumenten la presencia policial y adopten medidas más efectivas que frenen la violencia y la extorsión que afecta su día a día. La inseguridad sigue siendo un obstáculo importante que pone en riesgo no solo su bienestar, sino también la estabilidad de sus familias. Este incidente pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más contundente para abordar el problema de la extorsión y garantizar la seguridad de quienes dependen del transporte para su subsistencia.